De Troya a Masaco, pasando por Trébol, Golfo, Florín, Bacalao y las más conocidas de Cóndor y Rengue, a caballo entre Cádiz y Sanlúcar, que lograban a finales del pasado mes de septiembre abortar el mayor alijo de hachís de todo el año en Andalucía.

Bajo estos nombres subyace un trabajo arduo, poco lucido a veces, pero incesante, el que están llevando a cabo los integrantes de los Grecos de Cádiz, los agentes de los Grupos de Respuesta Especial al Crimen Organizado que arribaran por primera vez a la provincia hace algo menos de dos años y medio, para intentar acabar con el creciente asentamiento de bandas internacionales.

Para darles donde más les duele desde el epicentro del problema, para llegar donde ya no podían las Fuerzas de Seguridad gaditanas, con investigaciones de calado que alcancen la cabeza y no dejen cabos sueltos. Porque la práctica ya ha demostrado que, como no caigan todos los integrantes de una banda, ésta pueda resurgir con nuevas ramificaciones.

Así, en abril del 2006, iniciaba su andadura el Greco Cádiz, que se estableció en Chiclana de la Frontera, para operar no sólo en la provincia gaditana sino también en Huelva. Un grupo especial conformado por policías de élite, pertenecientes a la Comisaría General de Policía Judicial de Madrid, conformado por una docena de agentes, dos de ellos inspectores, que se estrenaba en julio de ese año con la operación Troya.

Tres detenidos, y la incautación de 2.200 kilos de hachís, cuatro vehículos y un barco, así como 36.000 euros, fue el balance de su bautismo en la provincia.

Serían los buenos resultados que fueron cosechando mes a mes los que motivaron que dos años después, ya en mayo de este año, el Ministerio del Interior decidiera dotar a la provincia de otro Greco, el del Campo de Gibraltar, con base en Algeciras y dependiente del de Cádiz. Este grupo, como el de Chiclana, está conformado también por 12 efectivos, 2 inspectores y 10 agentes.

Entre un grupo, el primero sobre todo, y con el refuerzo posterior del otro, han ido cuajando un balance nada desdeñable, que arroja cifras más que llamativas del enraizamiento en la provincia de redes criminales dedicadas al tráfico de drogas y al blanqueo de los capitales obtenidos con ese tráfico ilícito.

213 personas han sido detenidas por los Greco, entre el 5 de julio de 2006 que se llevó a cabo la primera operación, hasta la última, Masaco, del 22 de noviembre. 24 operaciones se han sucedido en todo este tiempo, en el que las cantidades totales de estupefacientes aprehendidos han sobrepasado los 6.600 kilos en el caso de la cocaína, y se han acercado a los 26.700 los kilogramos incautados de hachís.

1,5 millones de euros es la cantidad de dinero que se ha requisado además en todas estas operaciones en las que también se les han podido intervenir a los narcos una nada desdeñable cantidad de bienes: 61 vehículos, 15 barcos, 261 teléfonos móviles y 11 armas de fuego.

En cuanto a número de detenidos, cuatro son las operaciones que destaca n. En Nilo fue en la que se practicó el mayor número de arrestos, 39, aunque la cantidad de droga no fue especialmente elevada (600 kilos d e hachís).

28 personas cayeron en Destello, en enero del 2007, una operación de calado ya que se lograron m incautar nada menos que 1.800 kilos, pero no de hachís, sino de cocaína. Destacan asimismo las actuaciones Bacalao (22 detenidos, 1.080 kilos de hachís, en junio de este año); Trébol (19 detenidos, dos toneladas de hachís en los albores de la Nochebuena del 2006) y Transpor (con 16 apresados en abril de este año, en posesión de 2.800 kilos de hachís).

En el balance destaca asimismo con nombre propio Castaño, operación con la que fueron quitados del mercado ilegal 4.000 kilos de cocaína, en junio del 2007, en la que cayeron además 11 personas. Una enorme cantidad que supone más de la mitad de total de esta droga que han incautado los Grecos en Cádiz desde que comenzaron a actuar.

Su balance es pues la mejor tarjeta de presentación que avala la decisión tomada de crear unas unidades, indican fuentes del Ministerio del Interior, "con las que se pretendía dar una respuesta contundente y eficaz a los grupos delincuentes, tanto a nivel nacional como internacional, que operaban en cualquier zona del territorio nacional (aquí, al rebufo de la cercanía con el Magreb, tradicional zona productora de hachís) , en colaboración y coordinación con las Udyco territoriales".

Las dos unidades de Cádiz, a las que se les acaba de sumar la específica para Sanlúcar y Costa Noroeste, disponen de recursos humanos especializados en la lucha contra la droga y el crimen organizado, así como de medios materiales de automoción, transmisión, telecomunicación, informáticos, audiovisuales, de interceptación de comunicaciones y de detección de drogas. Todo ello, para combatir con la mayor eficacia posible el narcotráfico.