Las plantillas de los tres astilleros de Navantia en la Bahía de Cádiz ven de cerca otra posible reconversión que deje muy mermada la industria de construcción naval en la comarca y, por tanto, el empleo que genera. Por eso, en la mañana de ayer, los trabajadores de Puerto Real, Cádiz y San Fernando protagonizaron, de forma escalonada, sendas acciones de protesta.

Los primeros en salir fueron los del dique puertorrealeño. Justo el día en el que se cumplía un año sin trabajo en sus instalaciones, los operarios de Puerto Real decidían en asamblea salir de nuevo a la carretera que lleva al puente Carranza. A las ocho de la mañana comenzaban una caminata desde el astillero por la carretera interior de la factoría. Junto a la N-443, el presidente del comité, Ramón Linares, comenzaba una breve asamblea en la que daba cuenta de la situación que se vive en los diques gaditanos y, especialmente, el "agravio" que a su juicio supone su situación comparada con la de los astilleros de Ferrol. "Si allí hay barcos civiles, aquí tienen que entrar de una vez en ese mercado", apostilló Linares.

También se refirió a la crítica situación por la que, según dijo, pasa el astillero de Puerto Real: "La falta de noticias sobre nueva carga de trabajo empieza a ser muy preocupante; hasta la fecha los astilleros han sido la solución o parte de la solución del empleo para la Bahía, pero si de aquí a tres meses no llegan nuevos pedidos, puede convertirse en parte del problema", insistió Linares.

Poco antes de las nueve de la mañana, la plantilla puertorrealeña comenzaba a andar por el puente camino de la torre de control. Si en anteriores ocasiones la Guardia Civil interrumpió el tráfico antes, pero ayer no fue así. De esta manera, un centenar de vehículos (incluyendo autobuses de viajeros) quedaron atrapados en la protesta.

Pasadas las 09:30 horas, los operarios alcanzaban la torre de control del puente, donde les aguardaban varias dotaciones de la Policía antidisturbios. No hizo falta la intervención ya que, después de una breve charla, los trabajadores dieron media vuelta hacia la factoría, donde también encontraron otras siete furgonetas de antidisturbios apostados entre los vehículos particulares. Antes de marcharse, Ramón Linares insistió en que "el PP es el responsable de que aquí no lleguen barcos, así que en adelante también será responsable el PP de lo que pueda ocurrir aquí".

En San Fernando, la plantilla de Navantia se echó ayer a la calle pasado el mediodía para reclamar a la SEPI y al Gobierno central la carga de trabajo que los astilleros necesitan para garantizar su futuro y su estabilidad laboral. Fue una protesta silenciosa, que discurrió sin incidentes, y que llevó de nuevo las reivindicaciones de la antigua Bazán por todo San Fernando. 

 Los trabajadores optaron por emprender una marcha desde la factoría hasta la plaza del Rey, donde se concentraron en la escalinata del histórico Palacio Consistorial (cerrado, en la actualidad) antes de poner fin a la protesta.

El presidente del comité de empresa, José Antonio Oliva, al terminar la concentración, hizo especial hincapié en la situación de incertidumbre que vive la plantilla ante la ausencia de carga de trabajo. "Cada día que pasa se eleva la inquietud. Nuestras reivindicaciones van encaminadas a solicitar carga de trabajo, pero sobre todo queremos saber cuáles son los planes de futuro que la SEPI y el Gobierno central tienen para Navantia, cuál es el proyecto industrial que barajan para garantizar el futuro de los astilleros públicos", afirmó. En la redacción de los Presupuestos Generales del Estado -apuntó- no hay nada, ningún indicio acerca de estos planes de futuro. Aunque, detrás de estas reivindicaciones para dotar a los astilleros de más carga de trabajo, se esconden palabras mayores como unos planes de reconversión".