De andar por casa: historia y solera
La decoración y distribución de esta casa jerezana en sus diferentes estancias refleja el estilo de vida de principios del siglo pasado
De andar por casa: las imágenes de una vivienda jerezana con mucha solera
En este reportaje de 'De andar por casa' recorremos una casa del centro de Jerez de la Frontera de finales del siglo XVIII, la cual aún conserva muchos de los elementos originales tanto en su decoración como en su arquitectura.
La casa tiene una superficie de 1.298 metros cuadrados dividas en planta baja y dos plantas.
Las principales estancias de la vivienda conservan sus suelos originales de mármol, hidráulicos y de barro. También conserva sus puertas de maderas nobles principalmente en caoba y cedro con diseños de soles, palillerías o cuarterones.
La entrada de la casa da la bienvenida una pintura con el escudo familiar junto a un bonito banco de mediados del XIX con los embellecedores en metal brillando como en su primera época.
En la parte central de la casa se encuentra un patio andaluz con columnas toscanas y plantas típica de la disposición clásica del siglo XIX, apidistras y kentia central. Todo ello descansa sobre un suelo enlosado de damero en mármol blanco y negro. Un importante escudo familiar en mármol blanco preside una de sus paredes. Alrededor de dicho patio cuelgan pinturas en su mayoría religiosas de los siglos XVIII y XIX.
La galería de la casa la decoran muebles españoles y cuadros de la época mencionada anteriormente. Todo ello descansa sobre un suelo de losas hidráulicas y rodeada de puertas bicolores.
La sala principal de la casa la ocupa una sillería versionada de los años 40 del siglo pasado de estilo Thomas Chippendale. Una chimenea de mármol blanca preside una zona de la estancia y en su parte posterior cuelga una pintura de San Francisco encomendándole la Virgen la evangelización de las Indias. Parte de su suelo hidráulico lo cubre una alfombra de nudo español.
Una de las cosas novedosas en su decoración es el baño de los años 40 del siglo pasado con sus sanitarios originales. Para la parte superior del zócalo utiliza el papel pintado que cubre las puertas de unos armarios superiores. Unas cortinas de encajes permite pasar la luminosidad del jardín interior.
El dormitorio principal de la casa lo ornamenta diversos cuadros de los siglos XVIII y XIX de motivos religiosos. Un crucificado de talla sobre un tejido ocupa una zona preferente en la habitación junto a un armario de Soles del siglo XVIII.
Las diferentes generaciones de la familia que han pasado por la vivienda han sabido respetar la historia de la casa en su rehabilitación y decoración.
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