Alberto, un guardia civil más
Este joven isleño de 24 años que nació con síndrome de down ha iniciado un periodo de prácticas en la Comandancia de Cádiz gracias a un convenio firmado entre la Benemérita y la Asociación Lejeune
Las imágenes de la jornada de puertas abiertas de la Guardia Civil en Cádiz en 2024
Alberto lleva en el pecho, junto a su placa identificativa, un pequeño llavero con forma de tricornio regalo de su padrino. Lo besa con devoción a cada poco. Alberto nació con síndrome de down en San Fernando, pero siempre ha tenido alma de Guardia Civil. A sus 24 años al fin ha podido cumplir su sueño de cruzar cada día las puertas de la Comandancia de Cádiz para realizar unas prácticas que comenzaron a mediados de septiembre y que se prolongarán hasta el mes de junio. En las pocas semanas en que lleva en las instalaciones, la personalidad de Alberto ya ha conquistado los corazones de los hombres y mujeres de un cuerpo que le ha acogido como uno más: un guardia civil más.
Alberto está entusiasmado con la experiencia. En el salón Duque de Ahumada nos sentamos junto a su tutora, Paloma, que cuenta cómo surgió la posibilidad de firmar un convenio entre el Instituto Armado y la Asociación Síndrome de Down de Cádiz y Bahía Lejeune. La entidad, creada en 1992, es una organización no gubernamental, de ámbito provincial, sin ánimo de lucro, especializada en promover la igualdad de oportunidades, la inclusión sociolaboral y la mejora de la calidad de vida de las personas con Síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales. “Tras participar en las jornadas de puertas abiertas en la Comandancia del pasado año vimos la implicación de personas como Alberto, y el coronel Luis Martín nos comentó la posibilidad de llegar a un acuerdo para que algunos de nuestros asociados pudieran realizar prácticas que les resultaran útiles de cara a su futura integración en el mercado laboral”, dice Paloma.
Alberto nos cuenta algunas de sus labores diarias, como repartir el correo, ordenar archivos o doblar la ropa de algunas unidades. Y todo ello con una cara de felicidad imposible de describir con palabras. “Estoy feliz. Siempre quise entrar en la Guardia Civil, y verme aquí, me parece cumplir un sueño”. Además se ha encontrado en la Comandancia con Félix, un muy querido amigo de su familia con quien tiene una relación muy especial. “Nos dio mucha alegría encontrarnos aquí”, nos cuenta Alberto, aunque aclara que “me llevo muy bien con todos. Son muy buenas personas. Hay gente magnífica en la Guardia Civil”, dice.
Alberto explica que para sus padres, su hermano o su novia ha sido una alegría verlo alcanzar una de sus metas. “Vengo todas las mañanas, de lunes a jueves. Estoy muy feliz aquí. Tengo labores asignadas y, eso sí, hasta que no acabo una no me pongo con otra. Me gusta ser ordenado”, nos dice Alberto, antes de contarnos que, además de formar parte del personal de la Comandancia como agente en prácticas, también le da tiempo para ser integrante del equipo de fútbol del Cádiz Genuine, otra de sus pasiones. “En un partido en Bilbao me salí. Fui la estrella”, dice riéndose con franqueza. “Me encantó dar la vuelta al campo del Cádiz y que la gente nos aplaudiera”.
Alberto se emociona cuando habla de su familia, de su tía, que le organiza unas fiestas de cumpleaños a la que acuden todos. “Tengo buenos amigos, una familia extraordinaria, mis padres, mi hermano, es mi gente, como a mí me gusta llamarla, pero aquí en la Guardia Civil también estoy haciendo buenos amigos. Me llevo bien con todo el mundo. Estoy muy a gusto”, nos dice.
Paloma, su tutora, también reconoce que la experiencia está siendo muy satisfactoria para su asociación, que está consiguiendo que chicos como Alberto puedan seguir avanzando en su crecimiento personal.
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