El alcalde de Alcalá de los Gazules, Arsenio Cordero, recibía ayer a primera hora de la tarde una llamada de la Delegación Provincial de Salud que confirmaba la "potabilidad" del agua que sale por los grifos de este municipio, que ha vivido durante una semana "una pesadilla" al detectarse unos índices de contaminación más altos de lo debido originados por el empleo de un herbicida en la sierra alcalaína.

El Ayuntamiento emitió un bando informando de que "no hay ningún tipo de problemas para el uso del agua" y su alcalde afirmó que mandará los análisis al Seprona para determinar si hay responsabilidades. Cordero dijo que no sabía "si habrá acciones legales, lo que sí sé es habrá que saber cómo se ha producido, si está en terrenos del parque natural o si hay permiso para usar el plaguicida".