La llegada de migrantes desde las costas africanas al litoral de la provincia de Cádiz sufrió un descenso brusco durante el atípico 2020. De las 5.805 personas que llegaron en 2019 se ha pasado a 1.931, repartidas en sólo 193 pateras. El descenso es acusado pero más aún si se comparan estas cifras con las 20.084 personas que arribaron de manera ilegal a las costas gaditanas en 2018.

Este descenso no obedece a una mejora en las condiciones de vida de los migrantes en sus países de origen ni mucho menos, sino más bien al endurecimiento de la vigilancia en las costas de Marruecos, la pandemia en Europa y, por último, el aumento de llegada de cayucos hacia las Isla Canarias, que en los últimos meses han asistido a llegadas masivas de subsaharianos hasta sus islas.

Por meses, en enero llegaron 15 pateras, con 236 personas a bordo; en febrero, seis pateras y 20 migrantes; en marzo tres pateras y 17 ocupantes; en abril sólo llegó una patera con seis personas a bordo; en el mes de mayo, en pleno confinamiento, no entró ninguna patera; en junio llegaron 10 pateras, con 45 personas; en julio, 34 pateras, con 369 personas; en agosto, 40 pateras con 289 personas; en septiembre, 44 pateras con 454 migrantes; en octubre 19 pateras con 256 migrantes; en noviembre 11 pateras con 131 personas a bordo; y por último, en diciembre llegaron otras diez pateras con 108 personas.

Durante el año 2018, uno de los peores en cuanto a llegadas de pateras, se produjeron tragedias como el naufragio de una embarcación en los Caños de Meca el 5 de noviembre. Entonces 23 personas perdieron la vida y otras 22 llegaron a duras penas a la orilla.

Otro cambio de tendencia ha sido asistir a la llegada de numerosas pateras a las playas de la capital gaditana, algo que rara vez ocurría con anterioridad. La rápida intervención de Salvamento Marítimo y la Guardia Civil ha salvado muchas vidas.