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Provincia de Cádiz

La Sierra, en vilo por el agua

  • Prado del Rey sufre restricciones desde hace seis meses · Los vecinos se adaptan como pueden al deficiente abastecimiento · La falta de lluvias amenaza a otros pueblos de la comarca

En el supermercado de Sebastián, un vecino de Prado del Rey, se despacha hoy en día el doble de agua embotellada que hace seis meses. Es justo el tiempo que lleva el pueblo sufriendo cortes de agua diarios por la noche para aliviar la mala situación del abastecimiento.

La escasez de lluvias ha puesto a la Sierra gaditana en vilo. La falta de precipitaciones está acarreando la incertidumbre de posibles cortes en otros municipios como Bornos, Puerto Serrano, Grazalema y Zahara de la Sierra. El déficit hidrológico ya ha adelantado la floración en zonas del Parque Natural de la Sierra de Grazalema y podría tener consecuencias también para los cultivos de secano más extendidos en la comarca baja serrana. Entre ellos, el trigo, que ya ha brotado pero cuya producción podría ser menor si no llueve de aquí a mayo.

Desde septiembre de 2007 los vecinos de Prado del Rey viven pendientes del grifo. Y lo hacen porque desde las once de la noche y hasta las ocho de la mañana se corta el suministro por la escasez que arrastran los manantiales de la zona, principalmente el Veguino, que está situado en el término municipal de Grazalema.

La situación que ha modificado hábitos en la vida de los pobladores, como se le conocen a los pradenses, que ha provocado más de un contratiempo en los negocios y algún que otro rifirrafe político.

Llevan más de medio año con restricciones y estos días están con la mirada puesta en el cielo. Y lo hacen por dos cosas. La primera razón es que desde el puente del Día de Andalucía, hace escasamente una semana, no hay cortes. Y la segunda tiene que ver con la cuestión meteorológica y la falta de las tan deseadas lluvias. Así se interroga una señora de avanzada edad: "Con este tiempo que hace, ¿qué nos va a venir?".

La recuperación momentánea del manantial del Veguino parece aliviar por unos días un problema casi ya crónico en Prado del Rey. Es una aparente normalidad que se esfumará, probablemente pronto, si no se recuperan los acuíferos, que están casi agotados, o vuelvan a aparecer averías en las canalizaciones.

Lo cierto es que en Prado del Rey muchos hablan ya de cambiar conciencias. "En este pueblo no estamos preparados para vernos sin agua. Hasta hace ocho años en ningún bar se vendía la embotellada. Sólo la pedía algún turista. Teníamos a gala lo buena que era la propia", asegura el gerente del complejo turístico Huerta Dorotea.

En el supermercado de Sebastián, en el centro del pueblo, se ha desatado entre las clientas una charla improvisada cuando se saca el tema del agua. Nieves y Paca porfían con buen tono. Una ha puesto un depósito de agua en su domicilio y ya no le falta. La otra narra las vicisitudes de su hijo, que se levanta a las cinco de la mañana para trabajar, y no hay ni gota en el baño. Los cubos y los barreños apañan pero cansan después de meses. "Aquí no hay nada. Ni monumentos ni antigüedades. Lo único que teníamos era el agua, que era buena y en cantidad", dice la mujer con resignación. Otra le acompaña: "Ahora miramos más por ella".

El propietario del colmado echa, mientras, sus cuentas. Si lo normal era vender antes de los cortes unos 130 litros de agua embotelladas diarias, ahora hace caja despachando unos 210 litros. Casi el doble. "Los pobladores no la hemos malgastado", advierte este joven, que alude a que el mal viene de problemas y filtraciones en los acuíferos. Una versión encontrada con la de otro convecino, que sostiene que en estos casos "se le echa la culpa a los políticos, pero realmente el cielo manda", asevera.

El caso es que el manantial del Veguino, en sus buenos tiempos, alcanzó máximos históricos con niveles de 250 litros por segundo. Ahora su capacidad no llega ni a 10 litros por segundo, sostiene un técnico encargado de su estado.

Se salva porque confluyen dos más, que son los manantiales de la Cueva y el Hundilón, que parecen que están mejor. Habla de una cierta recuperación del acuífero ya que se han reparado tuberías y averías. Pero si no llueve irán a peor. El otro manantial, el del Lavadero, está casi seco.

El agua ha provocado más de un contratiempo en el quehacer diario de las gentes de este pueblo. A Carmelo, otro joven pradense, le fastidia las bajadas de presión cuando se duchan porque arruinan los calentadores de gas y los deja, cuando pierden calor, casi tiritando. Confirma que muchas personas has optado por instalar depósitos caseros en sus casas. Estos días respira tranquilo porque ha vuelto de noche el suministro. Aunque, dice, algunos expresan cierto escepticismo con la cuestión. "La gente dice, de broma o en serio, que hay agua por las elecciones. Y después se preguntan qué pasará después del día 10", cuenta.

En el bar de Felipe tuvieron que poner un depósito para garantizar el servicio a sus clientes. Los estragos de la presión acabaron quemando la cafetera del bar. Lo regenta Ildefonso y su familia, que se embarcaron en la instalación para respirar tranquilos.

También los hoteles de la zona están preparados. En el complejo de turismo rural Huerta Dorotea tienen uno de 40.000 litros que garantiza el consumo de tres días. Hace tiempo que entró en funcionamiento.

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