PROTECCIÓN ANIMAL

Segunda oportunidad para el gato callejero

  • Una protectora controla en Puerto Real las colonias de gatos y colabora en su esterilización

  • El Ayuntamiento y el Colegio de Veterinarios de Cádiz se unen a la iniciativa

No es sólo necesario un amor incondicional a los animales. También hay que armarse de paciencia para llevar a cabo el trabajo que realizan en Puerto Real las voluntarias de la protectora de animales Segunda Oportunidad SOS. Los objetivos de esta entidad, formada íntegramente por mujeres, son los habituales de las protectoras: garantizar el bienestar animal y, en la medida de lo posible, conseguir que salgan de la calle para que sean adoptados por familias que les den el cuidado que requiere cada animal.

Es una labor socialmente muy aceptada cuando se trata de perros, pero que aún provoca cierto rechazo y miradas de sorpresa cuando el trabajo se centra en el cuidado de las colonias de gatos callejeros o, como define el Ayuntamiento de Puerto Real, de "gatos asilvestrados".

La convivencia de los felinos con los vecinos de la zona donde proliferan las numerosas colonias es complicada. No solo por los marcajes de orina o las posibles peleas por apareamiento o mullidos nocturnos por celo. Es la alimentación de éstos lo que genera más críticas y lo que se pretende regular con ordenanzas. En Puerto Real no es necesario el carné de alimentador de gatos que existe ya en muchas ciudades, como lo habrá en breve en la capital gaditana, puesto que en las ordenanzas municipales se recoge que es posible alimentar a los gatos callejeros siempre y cuando sea comida seca, pienso principalmente, destinado específicamente para ellos. "El problema es que hay mucha gente que piensa que los gatos pasan hambre y le echan las sobras de la comida, sin saber que, además de perjudicar al gato, está creando un foco de suciedad que atrae a otros animales como las ratas", explica Viki M., de la protectora de animales Segunda Oportunidad SOS.

Esta protectora firmó el pasado mes de noviembre un protocolo de trabajo con el Ayuntamiento de Puerto Real que tiene como objetivo conocer el censo y el estado sanitario de las distintas colonias. El Consistorio también firmó, un mes después, un contrato con el Colegio de Veterinarios de Cádiz para la esterilización de los gatos callejeros.

Son las voluntarias de Segunda Oportunidad las encargadas de capturar a los gatos, llevarlos a los veterinarios concertados para su esterilización (que participan de forma voluntaria) y devolverlos a la colonia posteriormente, con el objetivo de que la población felina no controlada se reduzca.

Pero la captura de estos animales es complicada. "Usamos una jaula trampa con comida apetitosa para el gato pero no es fácil. A veces cuesta mucho que se acerquen y podemos estar horas esperando que entren. En alguna ocasión hemos tardado meses", explica Viki M., mientras llama a Torky, el único gato sin esterilizar de esa colonia, que pretenden capturar. "Le ponemos nombre a todos los gatos de la colonia aunque eso hace que se le coja más cariño, pero llamarle 'gato negro' o 'gato número uno', no me gusta", explica.

Mientras alimenta a los gatos de una colonia cercana a la barriada Andalucía, quienes por allí pasan se quedan mirando. A un pequeño que pasea con su padre le resulta simpático ver a los gatos comer y los llama, pero dos señoras se paran, miran con extrañeza y se marchan hablando en voz baja. "No me preocupa que me digan que soy 'la loca de los gatos', prefiero eso a 'la aburrida de la vida'. La verdad es que viene mucha gente a darme las gracias por lo que hacemos en la protectora y eso me anima mucho", reconoce.

Tras casi una hora de espera, Torky no cae en la trampa pero sí lo hace otro gato de una colonia cercana que llega atraído por la comida. El capturado, que aún no tiene nombre, tampoco está esterilizado, ya que no posee la marca que le realizan en la oreja a todo aquel ejemplar que pasa por la clínica, donde ahora será trasladado.

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