Provincia de Cádiz

El Puerto y San Roque, entre lo más caro para alquilar en verano en España

  • Un apartamento de 70 metros cuadrados en Puerto Sherry o en Vistahermosa, 1.300 euros por semana. Un piso de 130 metros en Sotogrande, 1.500 euros, según Tecnitasa

Puerto Sherry, en El Puerto, uno de los destinos de costa más caros para alquilar un apartamento.

Puerto Sherry, en El Puerto, uno de los destinos de costa más caros para alquilar un apartamento. / Andrés Mora

El Puerto de Santa María y San Roque aparecen entre los lugares de España donde es más caro veranear en 2020 en el informe sobre las principales zonas de costa que elabora cada año la sociedad de tasación Tecnitasa. El estudio indica que en las zonas portuenses de Puerto Sherry y Vistahermosa el alquiler durante una semana de un apartamento de 70 metros cuadrados sale por 1.300 euros. En Sotogrande, un piso de 130 metros cuadrados alcanza un precio de 1.500 euros.

Estos precios acercan estas dos zonas de la provincia de Cádiz a lugares como Marbella, en la provincia de Málaga, donde un apartamento en el centro de la localidad supera los 1.750 euros a la semana, según el informe de Tecnitasa. Más lejos, con un precio superior, quedan otros destinos que forman parte de ese apartado de lugares más caros: Puerto Banús, también en Málaga, con 2.600 euros por semana; el Puerto de Ibiza, 2.200; o Punta Prima, en Menorca, 2.800.

El estudio menciona a otras localidades gaditanas. Por ejemplo, a Conil, donde un apartamento de 65 metros cuadrados ubicado en el paseo marítimo adquiere un coste de 925 euros por semana.

En La Barrosa y en Novo Sancti Petri, en Chiclana, alquilar durante una semana un apartamento de 60 metros cuadrados sale por 900 euros.

En otra zona de El Puerto distinta a las exclusivas Puerto Sherry y Vistahermosa, en Valdelagrana, es posible alquilar un apartamento de 80 metros cuadrados por un coste semanal de 950 euros.

En La Alcaidesa, en La Línea, por un apartamento de 70 metros cuadrados piden 800 euros por semana.

El informe anota un caso más en la provincia de Cádiz: en Costa Ballena, en Rota, puede alquilarse un piso de 90 metros cuadrados para disfrutarlo durante una semana por 1.200 euros.

Fernando García-Marcos, director técnico de Tecnitasa, explica que se ha producido un cierto desplazamiento de la demanda. “Un factor como que la zona haya estado más o menos afectada por el coronavirus o la necesidad de un mayor o menor desplazamiento son, este año, factores que se tienen en cuenta en la decisión de destino”, señala.

“El mercado del alquiler de vacaciones”, añade, “es mucho más sensible a factores coyunturales, puesto que, al contrario que en el mercado inmobiliario de compraventa de primera residencia, la decisión es a muy corto plazo”.

La heterogeneidad de las diferentes costas españolas, afirma el informe de Tecnitasa, indica que, como todos los años, el veraneante puede optar por distintas posibilidades. “Pero la llegada del Covid-19”, advierte, “nos está cambiando nuestras habituales formas de comportamiento y se buscan ubicaciones con menor incidencia del virus, menor exposición en lugares públicos –con distanciamiento social– que nos está llevando a buscar estancias más largas en viviendas o apartamentos donde tendremos que pagar más. Pero nos lo podremos permitir, ya que gastaremos menos en ocio a causa de la anulación de festivales, de los campamentos de nuestros hijos o de las salidas nocturnas”.

Como cada año, el estudio constata que la playa se constituye en una alternativa de máxima aceptación para todo aquel que quiere buscar su tan necesitado descanso veraniego.

Pero el Covid-19 está trasladando incertidumbre a la hora de la decisión definitiva, apunta el informe, y a la vez cambiando la fórmula habitual de veranear. En muchos casos, alargando plazos, con seguros de cancelación del 100% y mayor volatilidad tanto de oferta como demanda.

El informe explica que la oferta y la demanda son irregulares este año. Por una parte, el hecho de que vayan a venir menos extranjeros podría hacer que los precios bajen, pero se está dando la circunstancia de que muchos propietarios quieren disfrutar de sus propios inmuebles para pasar el tiempo estival y esto hace que la oferta disminuya.

José María Basañez, presidente de Tecnitasa, recuerda que muchas familias que tenían apartamento en la playa ponían en alquiler su propiedad en julio y agosto para obtener una mayor rentabilidad. “Ahora”, dice, “quieren ellos disfrutar la mayor parte del verano, por lo que no ponen semanas en alquiler y se reduce la oferta”. Además, añade, “a las familias no les importa pagar algo más y alargar el tiempo de estancia, por si se produjese un repunte del virus poder quedarse más tiempo teletrabajando desde la playa”.

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