CCOO y UGT han expresado su preocupación por el impacto en la industria auxiliar del plan de ajuste anunciado este miércoles por Airbus en su división de Defensa, a la par que han reclamado a las administraciones que se impliquen para minimizar sus efectos. 

Según el estudio de carga y capacidad elaborado por la multinacional aeroespacial, es necesario recortar su plantilla en 2.362 empleados en toda Europa, entre un 6% y 7% del total. De este modo, al presidente de Airbus España, Alberto Gutiérrez, le corresponderá negociar con los sindicatos mayoritarios la salida de la empresa de 630 empleados, entre operarios y técnicos.

En Andalucía, donde Airbus Defence and Space dispone de una plantilla de 3.059 empleados de los cerca de 8.000 que tiene en España, el recorte estaría entorno de los 250 trabajadores. La peor parte se la llevarían las dos plantas de Sevilla. En San Pablo, donde trabajan 1.780 personas en las líneas de ensamblaje final del A400M y del C295, estarían afectados 140 empleados. En Tablada, con 823 empleados, las salidas serían 70.

Mientras que en Cádiz, el CBC ubicado en El Puerto de Santa María y que depende de la división de Defensa, vería su plantilla de 456 trabajadores disminuida en 40 personas. A la planta de Puerto Real no le afectaría la reestructuración planteada, ya que sólo opera con paquetes de trabajo de la división comercial, cuyas cifras tanto de facturación como de empleo van en aumento desde hace años. 

"Es el momento de que el Estado español dé un paso adelante y tenga más protagonismo en Airbus para ganar carga de trabajo", ha expresado el presidente del comité de empresa del CBC, Pedro Miguel Sánchez Marmolejo (CCOO), que ha mandado un mensaje de cautela, ya que la reunión de este miércoles en Múnich (Alemania) abre un periodo de negociación con la empresa para concretar el ajuste. "Rechazamos por completo la reducción de plantilla. Ahora comienza una negociación en la que intentaremos evitar despidos por causas económicas", ha insistido. 

Por su parte, el secretario provincial de Industria de CCOO, Jesús Serrano, insistió en que las administraciones deben mover ficha para que "España no pierda capacidad productiva ni carga de trabajo". Serrano señaló que hay que esperar a que avance la negociación porque "la fotografía que nos han pasado aún no es muy visible".

Serrano solicitó también ayudas para la industria auxiliar, como aplicar un periodo de carencia en la devolución de los Fondos Reindus a las empresas que se comprometan a mantener el empleo, o bonificaciones en las cotizaciones a la Seguridad Social en el caso de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

CCOO, que es el sindicato con más representatividad en el sector, ha convocado a sus delegados a sendas asambleas a celebrar en Sevilla y Cádiz en la primera semana de marzo para decidir una estrategia de acción.

Desde UGT, el responsable provincial de su Federación de Industria, Construcción y Agricultura (FICA), Antonio Montoro, se resalta el "roto" que va a suponer en la industria auxiliar. "Las administraciones tienen mucho que decir en Airbus para enmendar esta situación", ha manifestado Montoro, que ha recordado que se trata de un sector estratégico para la economía de Cádiz. UGT ha convocado también a sus delegados a una asamblea el próximo lunes en Sevilla para definir su línea de actuación.

La primera acción de protesta se celebrará este viernes, ya que los sindicatos han convocado este viernes concentraciones en todos los centros de trabajo de Airbus en España, incluidas las plantas de Puerto Real y el CBC de El Puerto.

Airbus anunció la necesidad de realizar una reestructuración por primera vez en diciembre de 2019 y se reiteró durante la conferencia de prensa anual de la compañía, celebrada el 13 de febrero en Toulouse (Francia).

Situación del CBC

Gracias a los traslados a otras plantas y a la aplicación de la bolsa de horas, la factoría portuense ha sorteado por ahora el impacto laboral de la suspensión de la producción del Boeing 737 MAX, en la que la planta participaba con la fabricación de los recubrimientos metálicos de los motores –fan cowl–. 

El problema estriba en los programas militares del consorcio europeo, que son el corazón del CBC. La cadencia del A400M se ha reducido ante la falta de nuevos pedidos. Tampoco hay encargos del C-295, el otro modelo que se ensambla en la línea final de Sevilla-San Pablo y para el que CBC también fabrica componentes. A ello hay que sumar la polémica suscitada por la decisión del Gobierno de designar a Indra y no a Airbus, como socio estratégico en el programa del nuevo caza europeo FCAS.

En ese sentido, los sindicatos tenían la esperanza de traer para Sevilla otra planta de ensamblaje final del A320, aunque fuera un modelo civil, para ganar carga de trabajo, según indica Pedro Miguel Sánchez Marmolejo. Sin embargo, el consorcio aeronáutico decidió instalarla en Toulouse, ocupando la línea de montaje que dejará libre el A380.