Tal vez por la presión de sus propios trabajadores, tal vez por la del propio Gobierno central y, más que posible, por la necesidad imperiosa de justificar un plan de reestructuración, Navantia decidió ayer dar un paso atrás con su plan estratégico. Para empezar, el consejo de administración, reunido ayer en Madrid, lo llamó "documento de trabajo" y, al finalizar la reunión, salió una sola premisa: lograr como sea nuevos encargos.

El panorama que acucia a la empresa pública de construcción naval, con sus factorías en números rojos, ausencia total de encargos (salvo Cartagena), con astilleros con más de un año sin faena (como los de la Bahía de Cádiz) y la situación de angustia que ha provocado el contrato de los gaseros, ha llevado a la dirección de Navantia a dar ese paso.

Fuentes cercanas a la negociación reconocían ayer que ha sido el principal argumento para dejar aparcado el plan estratégico. Estaba pensado para tener carga de trabajo antes de final de año y, ante las perspectivas que apuntan a lo contrario, el objetivo principal es ahora más que nunca lograr encargos que han posible presentar ese plan.

De momento, en Navantia casi dan por perdidos los dos gaseros adjudicados por Gas Natural al armador Knutsen y aún mantienen esperanzas en presionar al otro armador, Elcano, para que suelte sus dos gaseros en favor de Navantia. Pero tampoco parece tarea fácil. Así que, a lo sumo, en la empresa pública aspiran a que el quinto gasero que figura en el contrato, siempre que Gas Natural lo necesite, venga a los astilleros gaditanos.

Desde Navantia, lo único que trascendió ayer fue que su consejo de administración  continuará estudiando ese "documento de trabajo" para los años 2014-2018 en futuras reuniones del máximo órgano de gobierno de la empresa. De momento, los consejeros se han llevado el plan para analizarlo y dar su aprobación en la próxima reunión ya en enero.

Según informaron a Efe fuentes de la compañía, el máximo órgano de la empresa hizo ayer "una primera lectura" del documento, y recalcaron que el texto analizado no es un plan, sino un documento previo, señalando que el objetivo fundamental del mismo es transformar Navantia para hacer la compañía más competitiva, pero sin redimensionarla y con la finalidad de mantener el nivel de empleo y los centros productivos. Pero, para ello,  necesitan barcos.

En el seno de la empresa. además, se agarran a las palabras del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, cuando en un pleno en el Congreso en el que se debatía acerca de Navantia, pidió "más tiempo". Con esta prórroga, ambos, empresa y Gobierno, lo tienen. Así, parece que confían en que a primeros de 2014 pueda lograrse la firma de alguna de las 111 ofertas comerciales repartidas por el mundo, en concreto, la de Catar. Para antes de que expire 2013, la empresa pública solo tiene fundadas esperanzas en conseguir una de las dos plataformas para Pemex que se irían a Ferrol.

Mientras todo esto sucedía en el interior de la sede de Navantia, en la puerta se concentraban todos los comités de las distintas factorías españolas. El comité intercentros de Navantia presentó además un escrito en el que mostró su rechazo al plan, al tiempo que exigió a la empresa que centre sus esfuerzos en conseguir un aumento de la actividad para los astilleros. Asimismo, exigió al Gobierno y a la Sepi que asuman la gestión del conflicto "al más alto nivel". Por su parte, los representantes de CCOO y UGT que forman parte del Consejo de Administración de Navantia decidieron no participar en la reunión que se celebró ayer y entregaron un documento contra el plan de futuro de la empresa. 

En declaraciones a los medios, el presidente del comité de intercentros de Navantia, José Antonio Oliva, señaló que continuarán con las movilizaciones si no se aumenta la carga de trabajo, al tiempo que aseguró que "el Gobierno tiene mucho que decir" en la solución del conflicto. "En el documento se pide que la gestión sea completamente distinta. Navantia parece ser una empresa estratégica, pero estratégica quiere decir que tiene que haber dinero e influencias políticas detrás", afirmó Oliva. El representante de UGT en el consejo de Navantia, José Luis Gacio, destacó la importancia de impulsar un plan financiero que garantice el futuro de la compañía, e insistió en la necesidad de contar con un plan industrial que contenga la "necesaria" carga de trabajo. 

El presidente del comité de empresa de Navantia en Ferrol, Ignacio Naveiras, hizo hincapié en que el documento de futuro se sustenta en contratos que no se han conseguido y recordó que se han perdido más de 5.000 empleos en la Bahía de Cádiz y  3.500 en la Ría de Ferrol.