Nuevo hito en el sector naval gaditano

Navantia culmina su transformación

  • La presidenta de la Junta ejerce de madrina en la botadura de la subestación eléctrica 'Andalucía', construida en Puerto Real para Iberdrola.

Susana Díaz recordó ayer una reunión en su despacho. Fue el 6 de julio de 2014. Ese día, ella y el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, daban "el empujón definitivo" a lo que ayer fue una realidad: la construcción de la subestación eléctrica y la jacket del proyecto Wikinger en el astillero de Navantia en Puerto Real. Ambos presidentes, tanto la de la Junta como el de la compañía energética, recordaron en la tarde de ayer aquel día. Dos años después, el trabajo de 700 operarios de media han hecho que la compañía pública de construcción naval haya finalizado con éxito el programa ideado entonces. Y dos años después, Susana Díaz, que vio parir aquella idea, se convirtió en madrina de un proyecto que, además, se llama Andalucía.

Para este acto se convocó ayer en el astillero puertorrealeño a toda la sociedad gaditana. Junto a Susana Díaz y Sánchez Galán, el presidente de Navantia, José Manuel Revuelta; el comisario europeo de Energía, Miguel Arias Cañete; el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre; el director del astillero de San Fernando-Puerto Real, Pablo López; la presidenta de la Diputación, Irene García; y el alcalde de Puerto Real, Antonio Romero.

Todos fueron los encargados de acompañar a Susana Díaz hasta la botella de Sangre y Trabajadero que, como marca la tradición, se estampó contra la estructura finalizada y que, por primera vez, no era un barco. Antes, en los discursos, todos los que tomaron el atril se rindieron al trabajo realizado en Puerto Real, tanto por la plantilla del astillero como por los operarios de industria auxiliar.

Pero, sin duda, ayer fue la confirmación de que Navantia ha completado el círculo. Ya no será más la empresa que construye barcos. Desde ahora se acerca más a lo que pretende su presidente: una empresa pública, estratégica, competitiva e internacional, aseguró, para añadir que "nuestro mercado es mundial y tenemos que acabar la transformación que iniciamos en 2013 trabajando juntos". En este punto, tendió la mano "a partidos políticos, representantes sindicales e industria auxiliar para hacerlo entre todos, y distinguir lo importante de lo accesorio". Revuelta, aprovechando la presencia de su homólogo de Iberdrola, no perdió la oportunidad: "Estamos a tu disposición para el futuro, ya sabes que cumplimos. Esperemos tener buenas noticias pronto", aseguró el presidente de Navantia que, además, tuvo su momento personal y emotivo.

José Manuel Revuelta tiró de recuerdos, de cuando accedió al cargo, para confesar en público que "muchos amigos míos, de todos los colores políticos, me dijeron que estaba loco, que en esta empresa todos querían mandar, que no duraría ni un año en el cargo, que cuántos astilleros iba a cerrar. Hoy digo que me siento orgulloso y honrado de presidir esta compañía".

Por su parte, la alocución del presidente de Iberdrola, más allá de datos técnicos de la estructura creada en Puerto Real, se detuvo un instante en una visita anterior para comprobar el estado de la construcción. "Di un paseo por el astillero y me olía a orgullo", aseguró en referencia a los trabajadores encargados de este éxito industrial. Y después destacó durante su intervención el efecto tractor que ejerce Iberdrola sobre las empresas españolas a través de esta iniciativa renovable.

En este sentido, afirmó que "el protagonismo de la industria española en este proyecto queda patente con la construcción de la subestación y su plataforma en estos astilleros de Navantia, las 29 plataformas para los molinos en los astilleros de Navantia en la ría de Ferrol, los pilotes que fijarán estas plataformas, así como las torres de los molinos, en Avilés, por la empresa asturiana Windar, y finalmente los aerogeneradores por Gamesa". "En el caso de Puerto Real, la ejecución del contrato ha dado trabajo a cientos de personas y en él han participado más de 120 empresas de la zona como suministradoras", añadió Sánchez Galán.

La presidenta de la Junta (acompañada por su vicepresidente, Manuel Jiménez Barrios; y el delegado del Gobierno andaluz en Cádiz, Fernando López Gil), tampoco dudó en sembrar de alabanzas el trabajo hecho por la factoría puertorrealeña. "La subestación Andalucía es "la demostración de la capacidad de encontrar nuevos yacimientos que tiene la industria naval gaditana", reconociendo para ello "la apuesta de una gran industria" como Iberdrola y el "esfuerzo" de Navantia, dos industrias que, a su juicio, "se van a dar la mano para encontrar más carga de trabajo".

Finalmente, tras señalar a la nueva subestación como un "escaparate para nuestra industria naval, que se abre un hueco donde va a tener mucho que decir", Díaz manifestó el "apoyo" del Gobierno andaluz por los astilleros de la Bahía gaditana. "Todos son competitivos", finalizó la presidenta.

Fue en ese momento cuando todos los asistentes abandonaron momentáneamente la carpa instalada en la enorme explanada del astillero puertorrealeño para, a sólo unos metros, dirigirse a la botadura en sí misma. Entre todos los asistentes, destacaron la diputada del PP por Cádiz y ex alcaldesa de la capital gaditana, Teófila Martínez; el rector de la Universidad, Eduardo González Mazo; o el presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC), Javier Sánchez Rojas, además de la secretaria general de CCOO en Cádiz, Dolores Rodríguez.

Como ayer se rendía homenaje al viento (tratándose de un proyecto de energía eólica marina), el levante fue el gran protagonista. Los asistentes aguantaron la compostura mientras duró el acto de botadura. Mientras tanto, el alcalde de Cádiz, José María González, abandonaba el grupo en el que se mezclaban los miembros del equipo de gobierno de Puerto Real (con su alcalde a la cabeza, chaqueta incluida) y se dirigía hacia el lado opuesto donde se desarrollaba el evento. De espaldas a todos ellos, se dedicó por unos instantes a charlar con un grupo de operarios que, detrás de una valla, observaba a los engalanados visitantes.

Aunque nada se sabe aún, por las palabras del presidente de Navantia, José Manuel Revuelta, quizás este tipo de actos se repitan en un futuro cercano: "En pocos meses, mejor dicho semanas, tendremos buenas noticias", aventuró.

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