El consejo de administración de Navantia conoció ayer las cuentas anuales de la compañía correspondientes al año 2015. Aunque aún no se han aprobado definitivamente, lo más llamativo es que ese ejercicio arroja unas pérdidas después de impuestos de 167 millones de euros, una cifra histórica para los astilleros públicos. Sin embargo, según ha podido saber este periódico, en dicho consejo de administración se quitó importancia al dato basándose en dos cuestiones: en el ejercicio pasado se consignó la provisión de fondos de los nuevos contratos y, además, se estima que el 53% de esas pérdidas se deben a la subactividad. El dato positivo del año pasado es, por contra, que los ingresos de la compañía se incrementaron en un 26% con respecto a lo obtenido en el ejercicio anterior.

Según las fuentes consultadas, en el consejo de administración de la compañía pública se explicó que las cuentas anuales del pasado año son reflejo de la transformación que dan por iniciada en la empresa pública de construcción naval, además de la consecución de contratos y de su puesta en marcha.

Pero, además, tampoco se estima como válida una comparación con las pérdidas registradas en ejercicios anteriores. Pese a que ese dato en 2014 fue de 27,2 millones (con lo que en 2015 se habrían multiplicado por ocho), y en 2013 las pérdidas fueron de 57,7 millones, para la empresa las provisiones de fondos para los nuevos contratos y los calendarios de ingresos y gastos hacen que las pérdidas no sean comparables con ejercicios anteriores.

Se insistió en el consejo de administración en que los resultados de Navantia de 2015 reflejan el proceso de transformación de la compañía. Así, se detalló que se da por hecho que se ha alcanzado la suficiente carga de trabajo para todos los centros de la compañía, por lo que 2016 se maneja ya como el año de la consolidación que asegure una Navantia competitiva y sostenible en el medio y largo plazo.

Y aquí es donde entra en juego el nuevo plan industrial, del que también se habló en el consejo de administración. Los responsables de la compañía hablaron de "proceso de adecuación de la plantilla a la nueva realidad internacional", eso sí, con la necesaria colaboración de todos los agentes sociales, es decir, los comités de empresa. El objetivo, llegar a un acuerdo para poner en marcha el plan industrial 2016-2020 que consiga el equilibrio financiero a finales del próximo 2017.

La empresa pública también remarcó en la reunión de su consejo que la contratación llevada a cabo en 2015, junto a la realizada el año anterior, ha supuesto unos ingresos de 686 millones de euros. Así, estima que el resultado de las operaciones fue de 40 millones de euros de beneficios antes de las mencionadas provisiones y "de actualización de flujos de efectivo en los contratos de venta con pago aplazado".

Así, la empresa matizó que presenta unos resultados el año pasado, después de impuestos, de 167 millones de euros de pérdidas, pero los achaca principalmente al volumen de subactividad, que suponen el 53% de esas pérdidas, es decir, más de 88 millones. También se deben "al inferior resultado de la actualización financiera de flujos consecuencia de cambios en el calendario de pagos e ingresos en algunas operaciones".

Con respecto al ejercicio anterior (2014), destaca el incremento del 26% en los ingresos del conjunto de la compañía. Por negocios, el de la construcción naval fue en 2015 el que más aumento obtuvo, con un 41% más; seguido de reparaciones, con un 15%. Esto explica, según la empresa, la mejora general de los ingresos.

También se destacó en el consejo de administración que las inversiones en 2015 alcanzaron los 16,07 millones de euros, con un incremento del 142% respecto a 2014, donde llegaron a 6,63 millones. Este crecimiento de las inversiones en los astilleros tuvo carácter generalizado, se dijo, pero resultó "sustancialmente mayor en Ferrol y Cádiz", sin que haya trascendido por el momento las cifras de cada centro.

A lo que también se dio importancia en el consejo fue a los contratos que se esperan. Así, se aludió a que la transformación que esperan de la empresa a partir de este año no sólo se basa en el nuevo plan industrial. Navantia fija el inicio de ese camino ya en 2015, lo que facilitará la obtención de los dos contratos estrella: el de los dos buques de aprovisionamiento para Australia y el de las cinco corbetas para Arabia Saudí. Todo ello redundará, dijo el consejo, en una mejora neta de los resultados que lleven al equilibrio a finales de 2017.

Mientras, se sigue esperando que el Gobierno de Australia se pronuncie definitivamente para otorgar el contrato de los dos buques similares al BAC Cantabria y que se ordene la firma de las cinco corbetas con Arabia.