La violencia machista se ha vuelto a cobrar una nueva víctima mortal. La madrugada del lunes se tornó en trágica cuando Pilar, de 64 años, madre de la otra víctima y herida de gravedad en el tiroteo acaecido en la calle Molino del Viento el pasado viernes, no conseguía superar las heridas por arma de fuego y fallecía en el hospital Puerta del Mar de Cádiz, donde había sido intervenida quirúrgicamente por segunda vez. Su estado desde su hospitalización en Jerez era muy grave y los peores pronósticos se confirmaron alrededor de la 1:30 horas de ayer lunes 8 de agosto, cuando se certificó su defunción. Mientras tanto, su hija Yolanda continúa luchando por salvar su vida en el hospital de Jerez, donde se le intervino en la jornada de este domingo por segunda vez y sigue en la UCI, en estado muy grave.

Distintos colectivos habían convocado para ayer al mediodía una concentración en repulsa de lo ocurrido en el barrio de San Miguel, con la intención de mostrar todo su apoyo a las dos víctimas y sus familiares. Sin embargo, el acto también sirvió para honrar la memoria de Pilar, cuyo fallecimiento se había conocido pocas horas antes. La mayor parte de la Corporación municipal estuvo presente en un acto en el que se guardó un emotivo minuto de silencio. La ruptura de éste con aplausos dejó paso a la petición popular de un pacto de estado para acabar de una vez por todas con la lacra de la violencia machista.

Tras dicho acto, la alcaldesa de Jerez Mamen Sánchez recordó que la violencia machista no solo incumbe a las parejas, también a las familias: "Teníamos prevista esta convocatoria por el intento de asesinato de dos vecinas de Ubrique y lamentablemente esta mañana hemos conocido el fallecido de la madre, siendo una víctima colateral de la violencia de género. Ésta no solo se ejerce contra las mujeres, sino que también se hace contra otras personas; a veces las madres, a veces los hijos". La regidora socialista también dijo "lamentar los hechos y esperar que Yolanda se pueda recuperar, aunque es verdad que se encuentra bastante grave".

Todos los representantes de las administraciones que asistieron al acto tuvieron muy presentes las necesidad de un pacto de estado. La Junta mostró este sentimiento a través de la directora general de Violencia de Género, María de los Ángeles Sepúlveda y el delegado territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Manuel Herrero. Mamen Sánchez reivindicó a este respecto "mayores presupuestos y que no haya recortes, como viene sucediendo. Pongamos todo de nuestra parte para perseguir a estos criminales y proteger a las mujeres de esta violencia".

Por su parte, el subdelegado del Gobierno en la provincia, Javier de Torre, insistió en la importancia de la denuncia ante cualquier acto de maltrato en la pareja: "Todas las administraciones debemos sumar para que la mujer no se sienta en ningún momento sola. Quiero hacer un llamamiento a que se denuncie. Son muy pocas las denuncias que se presentan. En este caso, por ejemplo, no existía ninguna, ni por parte de la víctima ni por parte de su entorno. Quiero recordar que solo un 2% de las denuncias vienen del entorno y la sociedad no puede estar callada. Tenemos que ser conscientes de que es la denuncia la que activa la protección".

Las alcaldesas de las localidades de Ubrique y Algar, pueblos natales de las víctimas y del agresor respectivamente, también estuvieron presentes en el acto celebrado a las puertas del Consistorio jerezano. La regidora ubriqueña, Isabel Gómez, anunció la celebración en su pueblo de diferentes actos, para mostrar el rechazo por lo ocurrido, en los próximos días. De momento, hay intención de convocar varios días de luto oficial y a las puertas del Ayuntamiento de Ubrique ya ondean las banderas a media asta. Gómez mostraba su esperanza para que pronto se consiga erradicar la violencia de género: "Es una lucha que tenemos que hacer entre todos y esperemos que se pongan los instrumentos necesarios para un pacto de estado con el que combatir estos crímenes".

Por su parte, María José Villagrán, alcaldesa de Algar, mostraba el pesar de su pueblo, donde residían víctima y agresor en pareja: "El pueblo no se lo cree, está consternado. Cuando nos enteramos, no dábamos crédito. Se hizo el silencio en el pueblo". "Las noticias que yo tengo es que ni los vecinos más allegados habían escuchado discusión alguna. No se sabía que tuvieran este tipo de problemas", relataba la regidora, que pasaba a describir a Alejo, el agresor que se quitó la vida tras encañonar a las dos mujeres en plena calle, como una persona bastante normal: "La familia está destrozada. No sabemos qué se le pudo pasar a este hombre por la cabeza, porque jamás se había metido en una pelea, jamás había dado una voz más alta que la otra en el pueblo... Y ella igual. Era muy simpática y muy agradable".