La Hermandad del Medinaceli era la protagonista de este Miércoles Santo en Chiclana. Nuestro Padre Jesús de Medinaceli y María Santísima de los Dolores volvían a encontrarse con miles de devotos que esperaban a las puertas de la Iglesia Mayor Parroquial de San Juan Bautista cuatro años después. A las dos suspensiones de 2020 y 2021 a causa de la pandemia había que sumar la de 2019, cuando una jornada de lluvias impidió que esta Hermandad, una de las más populares de la ciudad, llevara a cabo su Estación de Penitencia fuera de su templo.

Primero era Jesús Cativo, una de las tallas más reverenciadas y admiradas de Chiclana, el que se asomaba a la plaza de Mayor, donde esperaban numerosos devotos. La jornada era soleada y a las ocho de la tarde, hora de salida programada, no había ninguna amenaza de precipitaciones.

“Tenemos muchas cuentas pendientes con él y hoy es el día de saldarlas. ¡Con los ojos cerrados y con el corazón abierto!”, arengaba el capataz del paso a su cuadrilla de costaleros. La primera levantá fue dedicada al capataz del Nazareno y a su mujer, que perdieron la vida el pasado domingo en un grave accidente de tráfico.

El misterio atravesó con majestuosidad la plaza Mayor en dirección a la calle Larga, donde muchos chiclaneros esperaban su regreso. Le acompañaba la Banda de Cornetas y Tambores Zoilo Ruiz Mateo, de Rota. Se vivieron momentos de gran emoción durante el avance por San José, Botica, Gravina, Ramón y Cajal y las principales calles del centro, hasta su llegada a Carrera Oficial.

La Virgen de los Dolores, a su salida a la plaza Mayor.

Por su parte, la Virgen de los Dolores salió a la plaza Mayor sobre las nueve de la tarde, cuando la Banda de Música Maestro Enrique Montero interpretaba el himno de España, que anunciaba su regreso. El paso de palio mostraba alguno de los trabajos realizados en los últimos años, como la terminación de bambalinas, entre otros estrenos.