Provincia de Cádiz

Jugándose la vida para no faltar a clases en el colegio

  • Escolares de Las Lagunetas se ven obligados a cruzar el semiderruido puente del río Celemín al inundarse el paso provisional por las lluvias torrenciales registradas

Se veía venir. Y pasó. Las fuertes lluvias torrenciales caídas durante la jornada de anteayer en la provincia han vuelto a poner el dedo en la llaga sobre la precaria situación en la que viven los vecinos del olvidado núcleo rural de Las Lagunetas, en término municipal de Benalup-Casas Viejas.

En su caso, nunca mejor dicho que llueve sobre mojado. Hace año y medio, unas lluvias torrenciales se llevaron por delante el pilar central del puente de Curra, que atraviesa el río Celemín, condenándolos al aislamiento. Un paso provisional acabó salvando entonces la situación. Pero el parche ha durado hasta que otras nuevas lluvias torrenciales, las caídas durante toda la madrugada del miércoles al jueves, han vuelto a aislarlos.

El camino que se habilitó de modo provisional hace ya la friolera de un año y cuatro meses , a la espera de que se construyera un nuevo puente, desapareció bajo un torrente inacabable de agua. Así que a los escolares de Las Lagunetas (cuatro niños, con edades comprendidos entre los 10 y los 14 años, pertenecientes a las familias que viven en Vallehermoso y Porretal), no les quedó más remedio que, para no faltar a clase, atravesar el semi derruido puente, plagado de grietas, para dirigirse hasta la Venta Estudillo. Allí les aguardaba el autobús escolar que cada día se desplaza a la zona, por el ahora inundado vado, para llevarles a sus centros.

Poco más queda por decir ante las imágenes de Manuel Aragón Pina que acompañan esta información y que ilustran a la perfección el aislamiento del núcleo rural jandeño. En ellas, aparecen vecinos de Las Lagunetas, que a duras penas lograban reprimir su indignación por la tercermundista situación en la que viven desde hace ya cerca de año y medio.

El puente de Curra, que se mantiene en pie de forma milagrosa, se sitúa junto a la carretera autonómica A-2626, y da acceso a varias parcelas y viviendas situadas en la margen izquierda, donde residen en la actualidad unas 14 familias.

Tras la riada que el 29 de septiembre de 2008 descalzó la pila central de puente, personal de la Agencia Andaluza del Agua se desplazó hasta el lugar para evaluar los daños.

Efectuaron un informe demoledor que, entre sus conclusiones, recogía el estado de ruina irrecuperable del puente y la necesidad por tanto de construir uno nuevo, así como de provisionalmente habilitar un vado que permitiera el acceso de los colindantes. Sólo se hizo el vado que las últimas lluvias han hecho desaparecer. Del nuevo puente, nunca más se ha sabido.

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