¿Jugamos a ser marroquineros?
Un juego de mesa busca publicitar la calidad y trabajo del sector de la piel
¿Jugamos a ser marroquineros? Esta pregunta se la podrá hacer usted a cualquier amigo o familiar si tiene en casa El Rey de la piel, el juego de la marroquinería de Ubrique. El nuevo entretenimiento es una idea de dos ubriqueños trabajadores del sector que lo han visto como una "forma para promover la historia y la calidad de los productos que aquí se fabrican". "Es una pena que esta ciudad de tan buenos profesionales y mejores personas no se dé a conocer por la calidad de lo que viene haciendo hace 300 años", comentan los creadores.
Lo cuenta Iñaki Xalabarde, diseñador de marroquinería e ingeniero de productos marroquineros de hace muchos años. Junto a su hijo Alain se le ocurrió esta idea, diseñada por este último. "Pensé que si poníamos publicidad de las empresas ubriqueñas, los jugadores podrían interactuar con ellas haciéndoles una publicidad inigualable", afirma Iñaki. "La publicidad que se ve en momentos de diversión es más efectiva. Además, en este caso se mantiene viva muchos años, ya que la gente no tira un juego fácilmente a la basura", añade.
De momento, cuentan con el apoyo expreso del Ayuntamiento de Ubrique, Empiel (los empresarios del sector), la Mancomunidad de Municipios de la Sierra, Movex o el Museo de la Piel, aunque el apoyo económico lo dará la publicidad de las empresas anunciantes.
La intención es, cuando el juego esté editado físicamente, promocionarlo en ferias de turismo, redes sociales, hacer un cortometraje sobre el mismo y venderlo en jugueterías y comercios de la localidad. También están organizado un campeonato del juego en Ubrique, y si sale bien, lo convocarán a nivel provincial e incluso nacional, "para que se conozca el juego y, por ende, Ubrique".
Xalabarde cree que "la industria de la piel está pasando por un momento delicado debido a la crisis, la caída del consumo y la desaparición de comercios, junto al incremento de las importaciones asiáticas, que vuelven el consumo hacía productos de menor calidad, desfavoreciendo la industria local". "Por eso queremos dar a conocer a todo el país la importancia de Ubrique como centro marroquinero de calidad, por su historia centenaria y dedicación exclusiva".
El juego en sí se basa en cómo operan las empresas marroquineras ubriqueñas para ir creciendo. Los participantes empiezan de boliche (taller pequeño), con una carta de pedidos de reconocidas marcas y pueden ir comprando pieles, fabricando productos y creciendo hasta llegar a ser una empresa líder. "Es bastante adictivo por lo realista y fácil de sus reglas", aseguran sus promotores.
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