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Agresiones a sanitarios

Simulacro en el Hospital de Puerto Real sobre el uso del botón antipánico

  • La iniciativa se enmarca en el Plan de Atención y Prevención de Agresiones, que entre sus medidas contempla que los trabajadores sepan actuar ante comportamientos violentos

Simulacro realizado en en la sala de curas

Simulacro realizado en en la sala de curas / DCA (Puerto Real)

El Hospital Universitario de Puerto Real ha desarrollado un simulacro de activación y uso del botón antipánico, una herramienta informática que, instalada en los terminales, permite emitir una alarma en caso de que el trabajador sufra cualquier tipo de agresión.

Esta medida se enmarca en el Plan de Atención y Prevención de Agresiones de la Consejería de Salud que entre sus medidas contempla que los profesionales sepan actuar ante comportamientos violentos de usuarios y eviten agresiones o minimicen sus consecuencias. El ejercicio se ha desarrollado en Consultas Externas, concretamente en la sala de curas de Trauma y en Ginecología, con una simulación de una agresión a una profesional sanitaria, que presiona el botón de su terminal que genera una alerta que advierte a los vigilantes de seguridad y al resto del personal.

El hospital puertorrealeño cuenta con botón antipánico en los terminales de Consultas Externas, Urgencias y sus centros periféricos de especialidades –en El Puerto y Chiclana-, aunque próximamente se instalará en los ordenadores del centro hospitalario.

En esta línea, el hospital de Puerto Real desarrolló el pasado abril una actividad formativa diseñada por la Dirección General de Personal del Servicio Andaluz de Salud (SAS) que incide en evitar situaciones hostiles, gestionando adecuadamente el comportamiento violento con la premisa básica de ganar el tiempo suficiente para salir de la situación conflictiva.

Esta formación permite dotar a los profesionales de técnicas para enfrentar las situaciones de agresión, procurando disuadir al agresor a través de habilidades en comunicación, asertividad y manejo de emociones. Se les proporciona herramientas para reducir la tensión y se fomentan sus habilidades para afrontar y gestionar agresiones. En un estadio primario, se puede evitar una potencial agresión si el profesional actúa adecuadamente por lo que es fundamental que sepan detectar las pautas del comportamiento violento.

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