Los barreños Jorge Cano y Juan José Ramírez afrontan, no sin angustia, el recurso ante el Tribunal Supremo de Marruecos como vía para quedar libres tras ser condenados a tres años de prisión acusados de tráfico de drogas. Siempre han defendido que llegaron a la costa marroquí, hace algo más de cuatro meses, desorientados por la niebla. Una vez que consideran ineficaz la acción de la Justicia marroquí, piden al Gobierno que no les deje en el olvido antes de que expire la orden de libertad vigilada que les retiene en el reino alauí.

-Estáis dispuestos a pelear con uñas y dientes por vuestra libertad.

-Por la libertad, hasta la muerte. Con la verdad se va a todos los sitios. Queremos que nos saquen de aquí porque somos inocentes.

-Los plazos angustian, ¿no?

-Ya nos dan igual. El cuerpo ya se ha hecho a los plazos pero no a la prisión. No queremos ir a prisión por algo que no hemos hecho.

-Evidentemente, para vosotros, la Justicia marroquí tiene poco o nulo valor.

-Hemos explicado nuestro problema, que todo fue un accidente. Llegamos a un país a pedir auxilio desconociendo si en sus playas había veraneantes o hachís. Toda la documentación que hay sobre la moto acuática encontrada el mismo día de nuestra llegada, identidad del dueño de la moto, un parte oficial meteorológico... Todo demuestra la verdad. Pero aquí la verdad es mentira, y la mentira verdad. Hemos dado con un juez que ha tenido una actuación infantil, de analfabeto. La sentencia en primera instancia lo dice claro: no hay pruebas contra nosotros pero nos condenan. A 800 metros había una moto acuática con droga y dicen que es nuestra cuando había cuatro barcas pescando alrededor y fuimos vistos por un militar que luego no aparece en los atestados.

-¿Cómo valoráis el trabajo de vuestro abogado?

-El intérprete nos ofreció a un abogado que ha hecho lo que podía. El único que puede arreglar esto es el Rey, el presidente del Gobierno o el ministro de Exteriores. Y si vienen los tres, mejor.

-¿Y cómo ha actuado el Consulado Español?

-El cónsul y su equipo es maravilloso. Ha hecho lo que estaba en su mano pero ya no se pueden mover más. Hay contacto permanente.

-Esta labor diplomática contrasta con la política...

-El cónsul está esperando a que reaccionen los de arriba, los que tienen más fuerza. Ha hablado con el juez y con los fiscales pero no ha valido. Como no podemos hablar con la Justicia, porque no hay, tenemos que recurrir a la política. España debe interceder por nosotros. Los políticos no están haciendo nada porque no quieren perder su sillón.