Provincia de Cádiz

Yo soy Don Quijote de la Mancha

Ficha artística: Compañía Metrópolis Teatro. Obra: Yo soy Don Quijote de la Mancha. Texto: Cervantes. Dramaturgia: José Ramón Fernández. Dirección: Luis Bermejo. Reparto: José Sacristán, Fernando Soto, Almudena Ramos. Violonchelista: José Luis López. Escenografía: Javier Aoiz. Iluminación: Juan Gómez Cornejo - Ion Aníbal López. Vestuario: Mónica Borromello. Ayte. Dirección: Beatrice Binotti. Vídeo escena: Álvaro Luna - Bruno Praena. Música original: Ramiro Obedman. Día: sábado 4 de mayo. Lugar: Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca. Duración: 1 hora y 45 minutos. Aforo: Lleno.

A semejanza de los antiguos teatros, la propuesta de Metrópolis Teatro nos recibe con la concha y las candilejas en la parte anterior del escenario y a telón abierto. A partir de esto y después de ver Yo soy Don Quijote de la Mancha, lisa y llanamente pienso que en esa Mancha estamos todos metidos. A diario millones de Quijotes y Sanchos cabalgan sin rumbo fijo por una España que retrocede a pasos agigantados hacia la triste época de los molinos de viento. Unos trapiches que se disfrazan de lo que haga falta para tirar por los suelos a cualquier caballero andante que haya leído algo más de la cuenta al censurado Amadís.

Como bien dice su director Luis Bermejo, la élite de los comediantes de este país se da cita en el Municipal portuense para refregarnos por delante de nuestras narices el día a día que el neoliberalismo nos está imponiendo como régimen de vida. José Ramón Fernández, Premio Nacional de Literatura en su Modalidad Dramática, utiliza hábilmente a la primera novela moderna de la literatura universal como sutil coartada para gritar desde los escenarios a través de la voz privilegiada de Pepe Sacristán y sus compañeros de reparto, que no podemos dejar pisotearnos más por los molinos/gigantes de los mentirosos, los sátrapas, los banqueros despiadados y los políticos sin escrúpulos.

El propio Sacristán nos apunta que "esto está plagado de malandrines con mucho poder, y que actúan de forma más impune que en la época de Cervantes". Por eso Don Quijote hace siglos que salió de la novela.

Alonso Quijano, Sancho Panza y su hija Sanchica -magnífica actriz la murciana Almudena Ramos- nos intentan inyectar en vena que todavía hay esperanza de recuperar a la especie humana. Que se puede ser bueno, intentarlo o al menos parecerlo.

Con una puesta en escena sugerente y atractiva para el espectador, quizá se pudieran ajustar en el tiempo algunos textos que se hacen un poco extensos en el encadenamiento de la obra. A Fernando Soto -Sancho Panza- en ocasiones, no se le entendían determinados parlamentos por hablar excesivamente aturrullado.

Y Pepe Sacristán, con un Don Quijote lleno de matices al que él sabe domeñar para el disfrute del espectador, en algunos momentos perdió la compostura del personaje pero sin quebrantar en demasía el sabor quijotesco del caballero de la triste figura.

Las constantes entradas en la trama escénica de la música de Obedman a través del violonchelista José Luis López, además de enriquecer la propuesta teatral, lograron tapar por momentos la sempiterna gripe porteña que martiriza a golpes de tos a los actores y actrices que vienen al Muñoz Seca.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios