Diego Fernández Espinosa fue el último médico rural que hubo en la provincia de Cádiz. Trabajaba 24 horas al día, incluidos sábado, domingos y festivos, en Zahara de los Atunes, una población a la que califica a finales de los años 90 como "una cárcel de cristal".
A sus 65 años, vive en Estepona, aunque nació e hizo la carrera de Medicina en la ciudad de Cádiz. El doctor Fernández ha aceptado su incorporación voluntaria como médico jubilado a la lucha contra la pandemia del coronavirus "por si hiciera falta esa línea de apoyo a mis compañeros. Los médicos somos gente con humanidad", subraya.
En este vídeo ha querido ofrecer su testimonio personal.
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