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Provincia de Cádiz

Condenados los tres menores que apalearon a un discapacitado mental

  • Estarán dos años en libertad vigilada y trabajarán 100 horas en un centro de ayuda a minusválidos

El juez ha condenado a los tres menores que apalearon de forma salvaje a un discapacitado mental de 28 años, José Carlos Herrera, causándole gravísimas heridas en el rostro. El joven mayor de edad que también intervino en la agresión deberá responder por sus actos ante un Juzgado de lo Penal. La sentencia, a la que ha tenido acceso este medio, ordena que los tres agresores menores de edad estén durante dos años bajo libertad vigilada, lo que supondrá que cualquier tipo de comportamiento que denote falta respeto a las normas de convivencia podría suponer su internamiento en un centro de menores. La sentencia no se queda ahí, pues el juez de Menores ordena que los tres presten cien horas de trabajo en un centro que esté dedicado a la atención y asistencia de discapacitados. A todo ello se unirá la prohibición expresa de acercarse a menos de 200 metros de la víctima así como de comunicarse con él por cualquier medio durante dos años.

Igualmente, los menores y sus padres deberán hacer frente a las lesiones y perjuicios que causaron en la persona del joven discapacitado, que estuvo hospitalizado tres días, sufrió una baja impeditiva de 90 días y otros 78 de baja no impeditiva. El juez ordena que se calcule la indemnización en base a los baremos reglamentados en estos casos. Será gravosa. Cabe recordar que el joven agredido sufrió un traumatismo craneofacial, fractura de los huesos propios de la nariz, hundimiento del maxilar derecho, edema en las partes blandas y un trastorno depresivo reactivo. Las lesiones tardaron en curar 166 días.

Tan execrables y gratuitos hechos acaecieron en febrero del año pasado, cuando el joven de 28 años y afectado desde su nacimiento por una parálisis cerebral, estaba con unos amigos en la zona de Lola Flores. Fue entonces cuando un grupo de diez jóvenes se acercó a él. Uno, no identificado, le arrebató el móvil y todos empezaron a burlarse de él. Un conocido de José Carlos intervino y el grupo que acosaba al joven se disolvió.

Lo peor vino después, cuando José Carlos Herrera, ya solo, regresaba a casa y fue asaltado por los tres menores y un mayor de edad natural de Guadalcacín. Le dijeron al discapacitado que les acompañara y en las casas abandonadas de la calle Praga empezaron a propinarle numerosos golpes y patadas, incluso cuando ya se encontraba en el suelo. Allí lo dejaron abandonado y sangrando.

Una ágil investigación del Cuerpo Nacional de Policía llevó a la detención de los agresores que, de esta forma, tuvieron que sentarse a responder de sus actos ante la Justicia. El caso era tan claro que lo único que pudieron hacer fue conformarse con las penas que se solicitaban contra ellos, lo que en el argot legal se conoce como conformidad.

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