El recién estrenado 2009 aún está lejos de aportar estabilidad al mercado de la vivienda. Según las previsiones de la Sociedad de Tasación (ST), la demanda de casas se mantendrá “interesada pero expectante” durante este ejercicio ante la evolución de la situación económica. Esto provocará que las ventas sigan ralentizándose, tanto en primera como en segunda residencia, y que los precios mantengan al menos en la primera mitad del año la tendencia decreciente con la que han cerrado 2008 y que ha significado una bajada internanual del 6,6% en el precio de la vivienda nueva.

Para el presidente de la ST, José Luis Estevas-Guilmain, este fenómeno es consecuencia de una incertidumbre económica que “nunca se ha dado” en el país; una coyuntura en la que los demandantes de vivienda optan por retrasar su decisión de compra ante la posibilidad de no poder afrontar el pago de la hipoteca si pierden su empleo y por la expectativa de que los precios continúen su abaratamiento. Estevas-Guilmain considera que el precio de las casas seguirá cayendo mientras no se recupere la confianza en la economía, al tiempo que ve “imprudente” hacer previsiones sin saber cómo va a evolucionar la situación económica.

El presidente de la Sociedad de Tasación calificó la situación actual del mercado de la vivienda de “círculo pernicioso”, e instó al Gobierno a reaccionar, además de con subvenciones “que sólo sirven para ayudar puntualmente”, con un marco de actuación económico y político que sirva para reactivar la economía.

Los tasadores vaticinan la tendencia al crecimiento negativo en los precios “hasta que se absorba el excedente de oferta existente” –salvo en las zonas céntricas de las ciudades, sin suelo edificable–, al tiempo que advierten del frenazo que ya ha experimentado la obra nueva, con un 62% menos de viviendas iniciadas durante 2008 y con un 65% menos de permisos concedidos para edificar obra nueva – según la proyección para el conjunto del año hecha por la institución–.

Dentro de la espiral de indicadores económicos negativos, que evidencian la pérdida de fuerza de la renta para adquirir vivienda, los tasadores valoran la tónica decreciente iniciada por el Euribor en el último trimestre. Si el indicador sigue a la baja, también disminuirá el esfuerzo que deben soportar las economías familiares para la financiación de los inmuebles, y, por tanto, se revitalizarán las expectativas de un sector que ha superado su año más negro.