Provincia de Cádiz

Comienza el juicio con jurado por el asesinato del dueño del ¡Oh Palace!

  • El gerente del prostíbulo, Ángel Federico Rodríguez, apareció en 2015 en el maletero de su coche calcinado y con un tiro en la cabeza

Una agente de la Policía Nacional, junto al coche en cuyo interior apareció el cadáver de Ángel Federico Rodríguez.

Una agente de la Policía Nacional, junto al coche en cuyo interior apareció el cadáver de Ángel Federico Rodríguez. / FITO CARRETO

Mañana comienza en la Audiencia Provincial de Cádiz el juicio con jurado por el asesinato del empresario leonés Ángel Federico Rodríguez, el dueño del prostíbulo portuense ¡Oh Palace! cuyo cadáver apareció en febrero de 2015 en el maletero de su propio coche calcinado y con un tiro en la cabeza. En principio, está previsto que el juicio se prolongue a lo largo de toda la semana en la Sección Cuarta del Palacio de Justicia gaditano.

La Fiscalía solicita 18 años de cárcel para el principal acusado por este crimen. Según las conclusiones provisionales del Ministerio Público, el procesado, supuesta mano derecha de la víctima, contó con la colaboración de dos personas más que lo encubrieron en la comisión del delito: una que ocultó información a la Policía pese a ser "plenamente consciente" de lo acontecido; y otra que escondió el cadáver del empresario en su coche para después prenderle fuego. El fiscal pide penas de dos y tres años y medio de prisión para cada uno de ellos.

El relato de los hechos que ofrece el fiscal expone que el acusado mantuvo una relación comercial con Ángel Federico Rodríguez, un empresario leonés que se dedicaba a la gestión de clubes de alterne en las provincias de Cádiz y Sevilla. Dicha relación acabó tras varios desencuentros entre ambos por reclamaciones de dinero.

Así las cosas, el 24 de febrero de 2015 el dueño del ¡Oh Palace! telefoneó a su ex socio con la intención de solucionar los problemas existentes entre ellos, quedando en verse en el domicilio del acusado, en El Puerto.

El gerente del prostíbulo llegó en su coche, un Volkswagen Golf blanco, a la casa del que fue su mano derecha en el negocio de los clubes. Acudió acompañado de uno de los supuestos encubridores, L.V., amigo de ambos.

Según sostiene la Fiscalía, fue entonces, entre las 13:00 y las 13:30 horas, cuando el procesado se dirigió al referido vehículo y, "con intención de causarle la muerte", le disparó en la cabeza a Ángel Federico con un arma que no ha podido ser localizada. A consecuencia de dicho disparo, el empresario "murió en el acto al sufrir destrucción de centros vitales encefálicos".

El escrito de calificación fiscal recoge que inmediatamente después de lo ocurrido, el supuesto asesino entró en su parcela para decirle a su pareja sentimental que se fuera de allí, no sin antes entregarle el arma para que se deshiciera de ella, "lo cual hizo arrojándola al mar en Puerto Sherry".

Acto seguido, dice la Fiscalía, el acusado abandonó la escena del crimen con el cadáver oculto en una manta y junto a L.V., quien fue "plenamente consciente" de lo allí acontecido y "no colaboró con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con la finalidad de no delatar a su amigo".

Poco después de lo ocurrido el procesado llamó a otro amigo -el segundo encubridor, según el fiscal- para contarle lo sucedido y pedirle ayuda. Después de esta conversación, este supuesto cómplice tomó las llaves del Volkswagen, en cuyo interior se encontraba el fallecido, y tras coger un cúter, un saco, una bolsa y cinta americana, se desplazó hacia un descampado próximo, amordazó y metió en el saco el cuerpo de la víctima y lo introdujo en el maletero del turismo.

La calificación fiscal señala que su primera intención fue enterrarlo en una parcela; no obstante, cambió de opinión y dejó el coche estacionado en la calle Palmera Africana de El Puerto y lo abandonó allí hasta el 26 de febrero de 2015, día en el que volvió a ese lugar y procedió a quemar con gasolina el vehículo con el cadáver de Ángel Federico dentro.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios