Cemabasa, la empresa que gestiona el cementerio de Puerto Real, ha declinado "toda responsabilidad y relación" con los restos humanos, objetos de difuntos (como ropa y una carta de un niño a su abuelo fallecido) y las lápidas, ataúdes y cruces funerarias rotos aparecidos tras la tapia del camposanto, y que han provocado la apertura de una investigación por parte de la Policía Nacional.

El gerente de Cemabasa, Salvador García Palau, en declaraciones para este periódico, ha querido dejar claro antes que nada que los restos "se han encontrado en un solar abandonado y de propiedad privada". Dicho solar, agregó el gerente, "fue adquirido en su día por el propietario d e la Funeraria Nuestra Señora del Rosario de Cádiz como consecuencia de la quiebra de la sociedad denominada Cementerio Jardín de la Bahía". Al tiempo, puntualizó que "cuando Cemabasa firmó el convenio con el Ayuntamiento de Puerto Real en el año 2.000, le fueron cedidas única y exclusivamente las instalaciones del cementerio, es decir las que se encuentran del muro hacia adentro, con la excepción del patio de las Vírgenes, acotado por una valla metálica". Incluso señaló que no han podido "ejecutar unas obras de alcantarillado muy necesarias porque el Ayuntamiento no podía autorizarlas al no ser el dueño del solar".

Desde la empresa, al tiempo, han defendido su gestión asegurando que en todas sus instalaciones sigue "un protocolo de actuación en todas sus obras instalando contenedores para los residuos mientras que los restos de maderas y telas son retirados e incinerados en el horno crematorio, al igual que en las exhumaciones donde se trabaja con sumo cuidado y pulcritud y en presencia de los familiares".

García Palau manifestó que cuando la empresa se hizo cargo del cementerio, el solar estaba lleno de escombros y material de desecho como bloques de osarios "que estimamos procedían de la época de la gestión del Cementerio jardín de la Bahía". Según aseguró, comunicaron al Ayuntamiento que el solar se había convertido en un vertedero, "donde incluso se dejaban coches abandonados". La situación llegó a ser tan alarmante, desveló, "que la empresa que desinsecta las instalaciones municipales dio la alarma por la presencia de roedores. El Ayuntamiento incrementó la vigilancia y cesaron los vertidos de escombros en el solar". En último término, el responsable de Cemabasa se mostró convencido de que "sin lugar a dudas, las pesquisas policiales determinarán que los restos y vertidos son muy anteriores a la gestión que la empresa realiza en Puerto Real".