Caridad M. padecía una depresión crónica moderada y acudía a una psiquiatra que ayer declaró como testigo. La procesada negó anteayer, durante su testimonio en el juicio, que tuviese intención de divorciarse antes del crimen. Pero la psiquiatra relató que cinco días antes de la muerte de Manuel Gil, la procesada acudió a la consulta y dijo que estaba pensando en separarse. Caridad estaba ese día inquieta, hablaba atropelladamente, explicó la psiquiatra: comentó que la relación conyugal no iba bien y también que veía muy mal físicamente a su marido, que tal vez lo tuviesen que ingresar. También que él le había dicho que si se separaba de él, no iría a la boda de su hijo (estaba prevista para mayo) y que así la dejaría mal a ella.

La psiquiatra dijo que cree que Caridad no quería que se supiese que su marido era alcohólico. Que le daba vergüenza que eso trascendiese.