Benalup-Casas Viejas asistió ayer a la tercera y última sesión de la recreación de los Sucesos de enero de 1933, en la Segunda República, cuando la Guardia de Asalto al mando del capitán Manuel Rojas sofocó una revuelta anarquista y luego, como escarmiento, Rojas ordenó fusilar sin más a doce vecinos del pueblo detenidos en sus casas la mañana del día 12.

Las representaciones, realizadas en los lugares del  pueblo en los que se desarrollaron los acontecimientos más destacados, han sido un éxito de público. Unas cincuenta personas participaron en la recreación organizada por el Ayuntamiento de Benalup-Casas Viejas y por el grupo El Hijo de la Luna con motivo del 80º aniversario de los Sucesos de Casas Viejas.

Aunque durante la Segunda República hubo otros episodios con muchas más víctimas mortales, la matanza de Casas Viejas pervivió en la memoria histórica de manera especial porque el Gobierno, presidido por Manuel Azaña, defendió en principio la actuación de las fuerzas al mando del capitán Rojas, ya que desconocía lo que realmente había ocurrido y recibía información oficial que negaba los fusilamientos y aseguraba que todos los vecinos de Casas Viejas muertos habían caído combatiendo contra los guardias.

Azaña rectificó y se explicó. Rojas fue juzgado por los asesinatos. Pero anarquistas y monárquicos (y los franquistas después) siguieron acusando a Azaña de haber ordenado los fusilamientos y de intentar luego ocultarlos. Ya nada detuvo la infamia y la calumnia, alentadas aún hoy por muchos.