Otra campaña electoral llama a las puertas 26 meses después. Tras más de dos años sin visitar las urnas, la próxima madrugada los partidos políticos verán abierta la veda para reclamar el voto de la ciudadanía. Por delante quedarán 15 días de una campaña previsiblemente no muy intensa que antecederá a una jornada de reflexión y a unas elecciones, las del domingo 25 de mayo, que se presentan con muchas incógnitas por despejar.

Son unas elecciones europeas y eso significa, si se cumple la tradición, que estamos ante los comicios que menos interés despiertan entre los ciudadanos con derecho a voto. El fantasma de una alta abstención asoma por tanto amenazante en el horizonte y más en una provincia como la de Cádiz que suele ser de las que menos afluencia registran en los colegios electorales. Sin ir más lejos, en las últimas europeas, las de 2004 y 2009, esta abstención alcanzó en la provincia la friolera del 67, 27% y del 65,18%, respectivamente.

Pero, pese a este panorama, hay quienes defienden la teoría de que estas elecciones serán diferentes a cualquiera de los otros seis comicios europeos celebrados hasta ahora. Los que así piensan se agarran a la idea de que la crisis económica que tanto ha azotado -y aún lo sigue haciendo- al ciudadano de a pie, ha dejado desnudo al bipartidismo. Partidos políticos hasta ahora considerados menores -con IU al frente- no dudan de que dentro de 17 días España vivirá un vuelco político con una bofetada histórica de las urnas al PP y al PSOE, es decir, a los dos partidos que han monopolizado la vida política de este país en las dos últimas décadas.

Pero también hay quienes consideran que el sopapo se limitará exclusivamente a las políticas aplicadas por el Gobierno de Rajoy en los dos años y medio últimos; y otros creen que no, que el PP puede salir fortalecido de esta cita que se celebrará justo un año antes de las municipales; y también hay quienes parten del principio de que será toda la clase política en general, sin distinciones, la que saldrá debilitada cuando se cierre el escrutinio.

Sea como fuere, esta nueva campaña electoral que verá la luz en pocas horas se plantea en la provincia con la incertidumbre de no saber a ciencia cierta qué partido se hará con la victoria. El PP busca cerrar el círculo, es decir, lograr su cuarto triunfo electoral consecutivo en Cádiz y completar con estas europeas el poker de victorias que inició con las municipales de 2011, continuó con las generales de finales de ese mismo año y amplió con las andaluzas de marzo de 2012.

Evitar este cuarto triunfo electoral del PP en la provincia será el objetivo primordial de un PSOE que busca reverdecer viejos laureles amparado en una evidencia: en todas las elecciones europeas celebradas desde 1987 hasta 2009 la candidatura socialista ha sido siempre la que ha resultado triunfadora en el territorio gaditano.

Hasta 39 candidaturas concurrirán a estas elecciones en el conjunto del país. En esas listas están los partidos tradicionales y también novedades como Vox, el Partido X, Recortes Cero, Primavera Europea, Movimiento Red, Ciudadanos o Confederación Pirata, entre otras. El PA ha decidido volver a concurrir en solitario.

En cuanto a los gaditanos, los hay en varias candidaturas pero los números uno respectivos del PP (Miguel Arias Cañete) y de IU (Willy Meyer) son los únicos con opciones reales de lograr un escaño en el Parlamento Europeo.

En las europeas de 2009 el PP ganó en España logrando 23 escaños; el PSOE obtuvo 21 representantes, IU se hizo con dos, Coalición por Europa consiguió otros dos y los dos escaños restantes se los repartieron entre UPyD y la coalición Europa de los Pueblos Verdes. Este año se elegirán 54 eurodiputados, es decir, cuatro más.