"Animo a todas las personas que están pasando por esta situación a que se levanten y no se arrinconen en su casa". Quien así se expresa es María Bertholett, de 45 años, casada con Francisco Roca, de 50 años, con dos hijas en su matrimonio, Andrea, de 17 años y Paula, de 10. La familia Roca Bertholett reside en El Puerto desde 1997, en un modesto chalé situado en la calle Costa de la Luz, 3, cerca del Camino del Juncal. Anteanoche, por vez primera desde hace muchos meses, la familia pudo dormir tranquila, sin la pesada losa del inminente desahucio que amenazaba con dejarlos en la calle. "Cuando me vi en los medios de comunicación me puse muy nerviosa, me abracé a mi hija y nos pusimos a llorar", confiesa María. No era para menos: la familia esperaba una orden de desahucio del Juzgado, después de que la entidad bancaria que ha embargado su casa por impago les denunciara para obligarles a marcharse, y en lugar de eso encontró un anuncio en el BOJA que indicaba el inicio del proceso de expropiación temporal del uso de su vivienda. "Una cosa es que te tengas que marchar por motivos de trabajo y otra muy diferente que te tengas que ir de tu casa por obligación", subraya la mujer.

Desde hace meses aguardaban el momento en que les llegara la orden judicial que acabaría por desterrarlos de El Puerto junto a sus hijas, que estudian cerca del domicilio, en los centros de enseñanza El Juncal y Antonio de la Torre. Pero el anuncio fue la tabla de salvación de la familia: la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía tramita el expediente de expropiación temporal que les permitirá seguir en su casa, en aplicación de la Ley de la Función Social de la Vivienda. Ahora, el matrimonio tendrá un respiro de tres años, durante el cual pagarán un alquiler social para vivir en el pequeño chalé que compraron con toda la ilusión hace ya 12 años, con una hipoteca de 125.000 euros a la que no han podido hacer frente al quedarse en el paro Francisco Roca, calderero de profesión, hace ya tres años, pese a vender todo lo que tenían para pagar la deuda.

Ahora, sin más ingresos que la ayuda familiar de 426 euros que caduca en febrero y un empleo temporal en la ONCE, se sienten "muy contentos" y muestran su agradecimiento "al abogado Burgueño", que ha llevado el caso ante la Junta, así como a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de El Puerto y Jerez, a la que pertenece Francisco Roca, que en muchas ocasiones se ha manifestado para impedir que otras personas en la misma situación que la suya se vieran en la calle por un desahucio.

"Esta es una crisis que nosotros no hemos producido. Hemos vivido crisis y siempre hemos salido a flote, pero llevamos ya tres años que no levantamos cabeza, ni nosotros ni el 95% de la población y esto ya está durando demasiado", denuncia María Bertholet, que tiene además un 50% de discapacidad. Y añade con indignación: "Ha habido mucha gente que se ha quitado la vida por una vivienda, y para mí eso es violencia". Frente a esta situación, confirma su determinación a no dejar caer a su familia: "Siempre he dicho que esto no iba a poder conmigo. A lo mejor si cambia la ley hipotecaria, nosotros somos los pioneros y una vez pasados estos tres años podemos recuperar nuestra casa", concluye con esperanza.