La vida de los Dastis Quecedo transcurrió entre cambios de domicilio en Jerez y de colegios. Hoy guardan poca relación con la ciudad, aunque el ministro pertenece desde 2004 a la asociación  'Jerezanos de la Diáspora', que celebra una berza cada Navidad en Madrid.

-¿De dónde viene su familia? Hoy no queda rastro de los Dastis en Jerez.

-Mi abuelo, el padre de mi padre, era médico, y un tío también médico. Mi padre era representante médico. Mi familia por parte de madre era de Burgos. Llegaron a Jerez porque mi  abuelo fue un encargado de la fábrica de botellas. Creo que un Dastis fue gobernador civil que tuvo responsabilidades en los años del incendio de Cádiz. Aunque me gusta aquella tierra, la abandonamos todos. Creo que no me quedan ni primos cercanos.

-¿Cómo transcurrió la infancia de la familia y en especial del nuevo ministro?

-Alfonso era un chaval muy majo, muy cariñoso, estudioso. Tuvimos poca vida social, algo que ha sido lo que luego ha hecho que vengamos menos a Jerez. Desde pequeño él tenía las ideas muy claras. Fue un chaval que quería mucho a su familia. Y más Dastis que Quecedo, por el carácter, porque mi padre era muy jovial, con muchas amistades. Le quería mucho la gente.  Tengo muy buenos recuerdos viviendo en el campo. Aunque no eramos ricos-ricos, sí teníamos posiblidades. Nosotros hemos sido muy felices allí. Tengo muchos recuerdos. Nos íbamos al instituto en bicicleta desde el campo. Nos metíamos por el callejón del hipódromo desde La Asunción. Y a la vuelta nuestro padre nos esperaba cada día en un bar de La Constancia para volver a casa.

-¿Y qué cree que queda hoy en su carácter del Poncho de aquellos años para que haya llegado a ministro?

-No es porque sea mi hermano, pero se ha currado todo toda la vida y sabe escuchar, oír, dialogar, no es un tío exaltado. Demuestra poco el cariño pero quiere mucho a su gente. Los últimos años han sido complicados por su labor en Bruselas. Además nuestra madre está enferma y él siempre va a verla todo el día cuando ha parado por Madrid, quiere mucho a la familia. Y quiere mucho a sus amigos, que tiene muchos amigos en las embajadas y el ministerio, sabe manejarse bien. Es esencial eso en diplomacia. Sabe llevar muy bien las negociaciones.

-¿Ha podido hablar con él estos días?

-Sí, me dijo que no se lo esperaba, dice mi mujer que porque es muy modesto. Él se esperaba que si había Gobierno, que le cambiaran de embajada. Él había pedidio una serie de sitios, quizás Roma, Londres y Nueva York, o podría haber sido quizás El Vaticano.

-¿Cómo cree que se le recordará cuando termine su paso por el ministerio?

-Su paso por el ministerio va a ser excelente porque tiene muchos amigos en la carrera diplomática. 

-¿Gracias a eso que dicen de su carácter tranquilo?

-Sí, a su carácter jerezano, porque él es muy jerezano. Le gusta la tranquilidad, dialogar, no es un exaltado, ya te digo. Yo he salido más a los Quecedo y él a los Dastis.

-¿Suele venir el ministro por aquí?

-Nos gusta a todos Jerez, pero hace al menos cuatro o cinco años que, que yo sepa, no ha ido Alfonso. No es el típico jerezano que acaba yendo cada Feria. Ese tipo de vínculos no los tenemos con Jerez, desgraciadamente.