Provincia de Cádiz

Airbus, una brizna distinta de paja en un enorme pajar

Trabajar siendo mujer en una empresa multinacional, que además esté en tu provincia, donde el trato con el resto de empleados sea el que tiene que ser, el normal, y que además ponga a tu disposición una guardería en la que atender a tu hijo, no es ya buscar una aguja en un pajar. Es buscar una brizna de paja distinta en un enorme pajar. Esa brizna de paja, en la provincia de Cádiz, se llama Airbus Puerto Real.

Y hay que comenzar señalando que, pese a todas las facilidades que esta compañía ofrece a sus empleadas para poder conciliar su vida laboral y familiar, la factoría de Puerto Real aún tiene que recorrer camino. Según datos oficiales del consorcio aeronáutico, en el conjunto de Airbus en todo el mundo, el porcentaje de mujeres trabajando en sus distintas dependencias es del 15,5% de todas las plantillas. Ese porcentaje aumenta hasta el 16,3% si solo se tienen en cuenta las trabajadoras en activo en las factorías de Airbus Operations SL (Getafe, Illescas y Puerto Real). Sin embargo, en la factoría puertorrealeña, sólo el 8,25% de la plantilla está formado por mujeres.

Pese a eso, se respira satisfacción por cada uno de sus rincones. Este periódico acompañó a cinco de esas trabajadoras. Quizás uno de los casos que mejor representa la ausencia de problemas, la total integración y conciliación laboral y familiar la representa Eva María Cervera. Ella, cada día, recoge a su pequeño Marcos (el pasado día 6 cumplió 14 meses) de la guardería que se hizo junto a la factoría.

Desarrolla su labor diaria en Ingeniería de utillaje. Lleva en la plantilla de Airbus Puerto Real cuatro años, desde el año 2004 está vinculada a esta planta por su trabajo en contratas aeronáuticas. Desde que entró, asegura, "cuando tengo que aportar ideas, en el taller, no hay distinciones entre hombres y mujeres. Entré bastante joven, con 24 años, y siempre he sido una más, igual que todo el mundo, sin distinciones". Cuando nació su hijo, explica, "me puse muy contenta por tenerlo en la guardería tan cerca, porque además tenemos la facilidad de que tiene nuestro horario y las entradas y salidas son flexibles. Muchas veces nos tenemos que quedar a trabajar por las tardes porque a nivel internacional con otras plantas, las reuniones generalmente son por la tarde, y te dan la opción de que el niño se quede en la guardería y no tenemos que ser tan dependientes de nuestros suegros y padres. Y cuando se ponen enfermos, que me ha pasado en dos ocasiones, estoy a dos pasos". Eva, además, admite que "tengo la suerte de trabajar aquí; tengo amigas que trabajan en otras empresas y conciliar es muy complicado para ellas".

Vanesa Pérez es responsable de mantenimiento de medios productivos en la planta, donde trabaja desde 2003. Tiene dos hijos de 7 y 4 años. Recuerda que, cuando comenzó en esta factoría, era la primera vez que entraban mujeres en el taller. "Era mando de producción y entramos una compañera y yo. Era la más pequeña de la fábrica, con 24 años, y tenía a mi cargo a gente con más de 50. Después pasé a Ingeniería y después a mi actual cargo. Nunca me he sentido discriminada, todo lo contrario, aunque era la niña del taller. Muchas veces la facilidad te la creas tú misma, una se crea sus límites".

Al hablar de conciliación, Vanesa lo tiene claro: "La conciliación familiar no es una cosa de la mujer, es algo que tienes que tratar en tu ámbito familiar; mis hijos son míos y de mi marido y cada familia es de una forma. Es verdad que en la mayoría la carga familiar se la lleva la mujer y tienen que renunciar ellas a su tarea profesional, pero eso depende de lo que cada una quiera. Tan lícito es abandonar la vida laboral y dedicarte a ser madre como lo contrario". Recuerda además que, nada más acabar la carrera, buscó trabajo en muchas empresas. "Después me enteré que decían que cómo iban a poner a una mujer en producción. En Airbus no pasa eso. Una mujer puede estar donde se lo proponga igual que un hombre", afirma.

Laure Fuentes Combarieu lleva seis meses trabajando en Puerto Real. Es francesa y ahora, desde que llegó, vive en El Puerto. Una de las cosas que más agradece es "la alegría que da poder realizar el trayecto en coche -entre El Puerto y Puerto Real- en menos de 20 minutos y sin apenas tráfico. ¡No sabéis lo que es trabajar en Toulouse!", dice. Pero, a la hora de hablar de trabajo, su opinión es idéntica a la de sus compañeras. Laure es la responsable de Calidad de toda la factoría y recuerda que la integración fue mejor de lo que esperaba. "Al principio fue una de mis preguntas, qué va a pasar siendo mujer y trabajando directamente en una planta como responsable. Y no pasó nada, fue una grata sorpresa". El cambio más drástico para ella fue cuando llegó a Cádiz con sus hijos, de 16 y 13 años, y su marido se quedó trabajando en Francia. Admite que, en comparación con otros países de Europa, "Francia y España son muy parecidos; las mujeres trabajan bien integradas. No puedo decir lo mismo de Inglaterra o Alemania, donde hay más diferencia, la mujer está más en la casa". Su día a día en la fábrica pasa por el taller y tomar el pulso del día. "Voy a los paneles -puntos de reunión de distintos niveles en los que se aportan ideas y se da cuenta de los avances diarios-, al de nivel 4 con el director, y después hago reuniones con la gente para ver el día a día. Por la tarde hay reuniones con personal de otras plantas como Toulouse, más externa". Llega a su casa a las cinco y media. Y concluye que "hay que celebrar este Día, las mujeres tenemos una doble carga".

Verónica Pastrana es montadora aeronáutica en los cajones del A330. Lleva cinco años en la factoría de Puerto Real y tiene dos hijos de 7 y 5 años. "Lo llevo bien porque mi marido también trabaja para Airbus -en una contrata-, me pude poner de turno fijo de mañana y tengo las tardes libres para estar con ellos. Mi marido tiene dos semanas de mañana y otras dos de tarde; si no fuera así, nunca nos veríamos en toda la semana". Verónica explica que son ocho mujeres en montaje en la planta. Recuerda que, cuando llegó, "es verdad que entré con la sensación de que estaba en el punto de mira porque era la única mujer en esta nave y tenía en la cabeza que tenía que hacerlo mejor que ellos. El día a día me demostró que no era así, me tratan como a uno más y no tengo problemas".

Por último, Rosario García es la más veterana de todas. Es técnico de gestión de presencia (se encarga de gestionar todo lo relacionado con aspectos sociales y laborales de la plantilla) y comenzó a trabajar en la empresa en el año 1987. Tiene dos hijos de 14 y 10 años. Rosario explica que "cuando entré, si acaso había una mujer por departamento haciendo labores de secretariado. Una vez que nos vinimos a Puerto Real han ido entrando más mujeres en otras secciones. Estoy encantada, el único problema es que entramos muy temprano, que nunca te acostumbras. En el momento que tienes hijos, esa parte de disfrutar un desayuno o llevar a tu hijo al colegio, el día que puedes es una fiesta. Lo peor son algunas tardes en las que hay que trabajar y hay que estar tirando de gente para que recojan o se queden con los hijos. También, si hay que salir por ejemplo porque los hijos tengan una excursión o recoger las notas o lo que sea, se puede compensar después, ahí no tenemos problemas en esta empresa".

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