turismo y medioambiente

ADEAC responde a las acusaciones sobre la credibilidad ambiental de las Banderas Azules

  • La entidad responsable de galardón contrasta las quejas sobre el escaso rigor ecológico de la distinción

  • Para la asociación, Ecologistas en Acción "insulta y miente sin ningún tipo de pruebas"

Dentro de los criterios de Bandera Azul no se contemplan, sin embargo, las regeneraciones con arena.

Dentro de los criterios de Bandera Azul no se contemplan, sin embargo, las regeneraciones con arena. / Julio González

Desde ADEAC, entidad responsable de la Bandera Azul en España, han decidido responder a las acusaciones que, todos los años, desarrollan desde Ecologistas en Acción respecto a la concesión de los galardones. En esta edición, la plataforma ecologista señalaba que las Banderas Azules carecían de “cualquier credibilidad”, que se trataba de “galardones fraudulentos” y que no contaban con los “requisitos mínimos de rigor, solvencia e independencia”. La principal línea crítica de los ecologistas es que las distinciones señalan playas con criterios que valoran la estimación como potencial turístico, no los parámetros medioambientales. Así, este año, EA señalaba como incongruencias en la provincia las concesiones a las playas de La Barrosa y Roche, a la de Fuentebravía, en El Puerto, o a la de Getares, en Algeciras, entre otras.

ADEAC subraya que la entidad ecologista “insulta y miente sin ningún tipo de pruebas”. Así, respecto a la retirada de la UE como entidad subvencionadora, uno de los hechos señalados por los ecologistas, desde ADEAC apuntan que este hecho se debe simplemente al hecho que el programa amplió sus fronteras de origen: “A partir del año 2000 –indican–, casi la mitad de los países participantes en Bandera Azul no pertenecían a la UE. Los objetivos originales de la Directiva de Aguas de Baño ya se habían alcanzado, por lo que la Comisión Europea dejó de subvencionar al programa Bandera Azul, pero no dejó de apoyarlo”.

“Detrás del programa de Banderas Azules, por ejemplo –comenta el actual presidente de ADEAC, José Palacios–, están entidades como el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la Organización Mundial de Turismo o la UNESCO”. Palacios también aprovecha para señalar que el sistema de concesión de Banderas Azules es voluntario, y lleva funcionando 34 años en territorios distintos, de distinto corte ideológico: aquello de que no se puede engañar a todos, todo el tiempo.

Respecto a la principal acusación ecologista, la anemia de criterios medioambientales, la ADEAC recuerda que un “requisito indispensable” para obtener la Bandera Azul es que la calidad de aguas de baño sea excelente: una categoría que ostentan, afirman, tanto las playas de La Costilla y Chorrillo, en Rota, como la de Fuentebravía –que vivió hace un par de años un episodio de aguas fecales– . “También es imperativo –continúan– que el municipio cumpla los requisitos establecidos para el tratamiento y posterior vertido de las aguas residuales urbanas”.

Un requisito básico para la concesión es que la calidad del agua de baño sea excelente

Además, los criterios para la designación abordan aspectos como “la protección de la biodiversidad en las playas –el 60% de las playas con Bandera Azul cuentan con espacios sensibles y/o protegidos cercanos – o aspectos favorables a una correcta gestión ambiental, como la facilidad para la separación de basuras”.Desde la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor recuerdan, no obstante, que la Bandera Azul “no entra a valorar el desarrollo urbanístico del municipio en su conjunto”. Así, en el caso de La Barrosa, “no existen incumplimientos de la Ley de Costas”, como tampoco en La Alcaidesa-El Faro, en San Roque, ni en Cala Sardina, cuestiones que señalaban los ecologistas. Asimismo, la Demarcación de Costas en Cádiz “no reporta la presencia continuada de embarcaciones fondeadas de forma ilegal en esta playa”.

Tampoco recogen los criterios de Bandera Azul la regeneración artificial con arena, “práctica corriente en todo el litoral, no sólo en la playa de Getares en Algeciras o la citada Fuentebravía”, indican.

Respecto al caso de la depuradora de Roche, ADEAC verifica “el cumplimiento de la Directiva de Aguas Residuales Urbanas a través del informe oficial del Ministerio para la Transición Ecológica, donde figuran aglomeraciones urbanas de más de 2.000 habitantes”, que no es el caso de la urbanización.

“Si no decimos nada, al final va a perjudicar en la gente que trabaja por la concesión de la Bandera Azul”, indica José Palacios, que asegura no entender la posición de los ecologistas, “cuando en realidad buscamos un bien común, que es la conservación del litoral: para conseguir concienciación, nuestra estrategia es educar a todos los implicados, porque sabemos que de esa manera no vamos a destrozar a las familias que viven del turismo, pero que dependen de un bien ambiental que han de conservar”.

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