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Las vacaciones de Clegg en Olmedo: jamón, croquetas de su suegra y discreción

  • El viceprimer ministro británico pasa unos días en el pueblo vallisoletano de su mujer, Miriam González.

Resuenan aún los ecos de las vacaciones de Michelle Obama en España cuando el país ya tiene otro huésped ilustre pasando unos días de relax y asueto. Nick Clegg carece del glamour de la primera dama de Estados Unidos, pero el viceprimer ministro británico también despierta atención mediática. 

Clegg no es Obama ni Olmedo es Marbella. Y por ende, las distracciones veraniegas de uno y otro son completamente distintas. "Soy fan de las croquetas de mi suegra", aseguró el líder liberal demócrata británico. Y como uno más en el pueblo castellano, disfruta también del jamón, la tortilla y la carne española. Clegg, casado desde el año 2000 con la abogada española Miriam González, lleva 15 años pasando sus vacaciones en la localidad vallisoletana de Olmedo, de apenas 3.900 habitantes. De ella fue alcalde el padre de su mujer, quien también fue senador por el Partido Popular. 

Este verano es el primero que pasa Clegg en Olmedo desde que en mayo fue nombrado viceprimer ministro de Gran Bretaña, después de una  campaña electoral en la que fue la estrella, sobre todo tras el debate televisivo en el que frente al entonces primer ministro Gordon Brown y al conservador David Cameron, hoy en ese puesto, consiguió presentarse ante los británicos como una alternativa fresca. Clegg es ahora el número dos del Gobierno británico, pero en España, el matrimonio sigue demostrando "ser fiel a sus costumbres, a lo que les gusta, a disfrutar, a su familia y a su pueblo", dijo con orgullo el alcalde de Olmedo, Alfonso Centeno. 

Al contrario que Michelle Obama, que no paró en sus días de  vacaciones en España, al número dos del Gobierno británico le gusta estar en casa, acompañado por su mujer y sus tres hijos: Antonio, Alberto y Miguel. "Me encanta estar aquí, en la casa de mi suegra, con mi familia, con mis niños, y escapar durante un tiempo de la política", explicó a los periodistas congregados a las puertas de la casa. Porque Clegg, que habla español además de holandés, francés, alemán y por supuesto inglés, no tiene problema en charlar con la prensa

A diferencia de Londres, los niños "aquí pueden jugar en la calle hasta las once de la noche", se congratulaba sobre la tranquilidad del pueblo, situado a 45 kilométros de Valladolid. Con ellos y con su mujer desayunó en su cafetería habitual de Olmedo. El viceprimer ministro británico va acompañado por personal de seguridad, pero lo cierto es que todo es tranquilidad en torno a su persona. A los agentes no se los ve.

El pueblo parece encantado con Clegg, pero como ya son muchos años los que lleva veraneando allí, su presencia no despierta una curiosidad excesiva. "Estamos acostumbrados a verles. Por eso no nos sorprende y nos  parece algo normal", dijeron algunos vecinos a medios españoles.  Corroboran que Clegg y su mujer son "muy caseros". Aunque se los ve también paseando y dando una vuelta en bicicleta por los pinares cercanos, una de las atracciones naturales de la zona. "Aquí todo el mundo nos conoce desde hace mucho tiempo, siempre nos tratan con mucho cariño, y para los niños es especialmente bueno, ya que pueden vivir la vida española y hablar el castellano", dijo el viceprimer ministro británico.

Según el alcalde de Olmedo, Clegg es "un hombre muy cercano, muy interesado en conocer los problemas de los ciudadanos". Y "conoce todos los rincones del pueblo", aseguró. Tras el efecto Michelle Obama en la Costa del Sol, el alcalde de la localidad vallisoletana confía en que las tradicionales vacaciones de Clegg sirvan también de gancho para visitantes  extranjeros. "Estoy seguro de que su presencia atraerá a algunos ingleses para disfrutar de los encantos del municipio y de nuestro patrimonio cultural", manifestó el alcalde Centeno.

Aunque el propio viceprimer ministro británico se ve a sí mismo lejos de la figura de la primera dama estadounidense. "No me considero como Michelle Obama ni mucho menos. Yo ahora me  voy a buscar a mis hijos a casa de la tía de mi mujer, que está aquí  al lado, para comer todos juntos y seguir disfrutando de la vida en  familia". Nada que ver con las comitivas de lujosos coches blindados que  recorrieron la semana pasada las carreteras de la Costa del Sol acompañando a Michelle y Sasha Obama.

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