¿Qué significa ser francés? ¿Es un idioma? ¿Se puede ser francés y rechazar a los inmigrantes de un país arrasado por la guerra? ¿Se puede ser francés y usar una burka?

Éstas y otras preguntas espinosas serán discutidas en Francia durante los próximos tres meses después de que el domingo se lanzara un debate sobre la identidad nacional francesa en el marco de una inmigración y multiculturalismo cada vez mayores.

El debate fue iniciado por el ministro de Inmigración e Identidad Nacional, Eric Besson, por petición expresa del presidente Nicolas Sarkozy. La idea es que se realice en prefecturas y subprefecturas de cada uno de los 342 distritos locales del país, con la participación de ONG, maestros, sindicatos, funcionarios electos y otros pilares de la sociedad.

El debate finalizará el 31 de enero y los resultados serán presentados el 4 de febrero en una gran conferencia.

Entre las sugerencias de Besson para "compartir mejor los valores de la identidad nacional" está la creación de un contrato de integración republicana para todos los extranjeros que ingresen o residan en territorio francés.

Para todos los extranjeros que obtienen la ciudadanía, prevé un contrato con la nación que incluye una entrevista de asimilación en la que se evalúa la capacidad del nuevo ciudadano para hablar francés y apreciar los valores de la república.

Finalmente, Besson prevé que cada joven ciudadano francés sea obligado a cantar La Marsellesa una vez al año tras un curso sobre el tema del himno nacional. "¡A las armas, ciudadanos! ¡Formad vuestros batallones! ¡Marchemos, marchemos, que una sangre impura empape nuestros surcos!", afirma el himno, cuyo origen se remonta a la Revolución Francesa.

El himno es muy importante para el Gobierno: quien ose abuchearlo, como sucede en los partidos de fútbol contra Argelia, puede ser condenado a seis meses de prisión.

Obviamente, el debate generó una amplia discusión acerca de su utilidad y su finalidad, incluso dentro del Gabinete. El ministro del Exterior, Bernard Kouchner, dijo que tiene reservas acerca de esta idea.

"Nuestro futuro es Europa", señaló en declaraciones a la radio France Info. "Éste es el debate que debe realizarse, independientemente de los valores de Francia, que cualquiera conoce o reconoce". Kouchner propone un servicio civil en el extranjero para que los franceses "vean en qué condiciones viven los hombres y mujeres del mundo".

De acuerdo con una encuesta del instituto CSA para el diario Le Parisien, el 80% de los franceses creen que el idioma es una parte constitutiva de la identidad francesa, seguida por la república (64%), la bandera (61%) y el secularismo (61%).

El portavoz del Partido Socialista, Benoit Hamon, sugirió que se trata de un intento del Gobierno de desviar a la opinión pública de la reciente serie de "escándalos" y de "tratar de obtener nuevamente la aprobación del componente más duro de su electorado".

De hecho, el debate sobre la identidad nacional efectivamente puso fin al escándalo por la admisión del ministro de Cultura francés Frederic Miterrand de haber pagado a hombres por sexo en Tailandia y por la candidatura a un puesto altamente influyente del hijo de 23 años de Sarkozy.

Martin Hirsch, el Alto Comisionado para Solidaridad Activa contra la Pobreza del Gabinete, comentó que "Francia no tiene un problema de identidad" y llamó el debate "100% político".

Esta opinión es aparentemente compartida por dos de cada tres franceses adultos, que afirmaron en una encuesta del instituto BVA que la idea es "movilizar a los votantes de derechas para las elecciones regionales".

El mismo Besson parece haberlo sugerido el mes pasado, cuando señaló: "Nunca deberíamos haber cedido al Frente Nacional (extrema derecha) cierto número de valores, como el patriotismo".