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El presidente de Somalia sobrevive a un atentado

  • Radicales islámicos han atacado con granadas el convoy en el que viajaba el mandatario. No ha habido víctimas mortales.

El presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud, ha sobrevivido a un ataque contra su convoy perpetrado supuestamente por los radicales islámicos somalíes de Al Shabab, y que no causó víctimas. Mohamed Ali Adan, soldado del Ejército somalí que viaja en la caravana presidencial, informó por teléfono de que el ataque se produjo cerca de la localidad de Shalambod, cuando el convoy se dirigía a Merca, a medio centenar de kilómetros al sur de Mogadiscio. Al Shabab usó lanzagranadas para atacar a los vehículos, y después huyeron.

La página web de la red somalí de medios Shabelle agregó que el asalto comenzó cuando uno de los vehículos de la escolta presidencial pasó sobre una mina, a lo que siguieron 20 minutos de intercambio de disparos. "Las últimas informaciones apuntan que el presidente y su convoy han llegado a Merca a salvo, y un fuerte dispositivo de seguridad se ha desplegado en la localidad", añadió el medio. Según Shabelle, el presidente se ha desplazado a Merca, en el sur de Somalia, para tratar de reconciliar a dos comunidades que han protagonizado hostilidades recientemente. Por el momento, Al Shabab no se ha atribuido públicamente la autoría del ataque, pero el objetivo y el tipo de emboscada coinciden con los realizados por los integristas en otras ocasiones.

En los últimos meses, Al Shabab ha atentado contra objetivos simbólicos en los esfuerzos de reconstrucción del país africano, como las tropas de la Misión de la Unión Africana en Somalia (Amisom), o el recinto de la ONU en la capital, en un ataque en el que murieron al menos 15 personas. A pesar de los avances logrados el año pasado en el terreno político, Somalia se encuentra todavía inmersa en un prolongado y complejo conflicto armado. Las tropas de Amisom, el Ejército somalí, las Fuerzas Armadas etíopes y varias milicias pro gubernamentales combaten a Al Shabab, la milicia fundamentalista islámica dominante desde 2006.

Al Shabab, que anunció en febrero de 2012 su unión formal a la red terrorista Al Qaeda, lucha supuestamente para instaurar un estado islámico de corte wahabí en Somalia. Aunque las tropas aliadas arrebataron a finales de septiembre de 2012 a los fundamentalistas su mayor bastión, la ciudad costera sureña de Kismayo, los radicales todavía controlan buena parte del centro y el sur de Somalia, donde el frágil Ejecutivo del país aún no termina de imponer su autoridad. Somalia vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin un gobierno medianamente efectivo y en manos de milicias radicales islámicas, señores de la guerra que responden a los intereses de un clan determinado y bandas de delincuentes armados.

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