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El patio trasero de Francia

  • La situación en el Chad vuelve a poner en dificultades a París, que tiene numerosos intereses económicos que defender y que dependen de la estabilidad política

Generaciones de oficiales franceses aprendieron que el Chad es la llave de la supremacía en África central. Sin embargo, al observar un panorama en el que el propio país emerge como Estado petrolero y China incrementa su influencia en la región, Francia podría perder esa llave. Y mientras, el enérgico presidente francés, Nicolas Sarkozy, duda en ordenar la actuación de las tropas francesas estacionadas en el país, porque París espera un mandato internacional para actuar contra los rebeldes, que ayer aceptaron un principio de acuerdo sobre un alto el fuego. El predecesor de Sarkozy, Jacques Chirac, ya salvó en la primavera de 2006 al presidente chadiano, Idriss Deby, de los rebeldes, que actualmente y como siempre tienen sus bases de repliegue en Sudán. Los exploradores aéreos franceses suministraron a Deby toda la información para hacer caer en una trampa a los rebeldes, y los franceses transportaron a las tropas leales a puntos neurálgicos.

Pero esta vez parece que los franceses sólo observaron a los rebeldes en su marcha de 700 kilómetros desde Sudán hasta las puertas de Yamena. En el Palacio del Elíseo se dice que "la era de la Francafrique, cuando París se ocupaba de que reinara la tranquilidad en su patio trasero de África, ha terminado".

París se encuentra en una situación complicada en este conflicto, pues está en juego la credibilidad de Francia, no sólo en África, sino también en toda Europa. Sarkozy empleó mucha energía en ganar el apoyo de los europeos para el envio de las tropas Eufor, que en el este del Chad y el norte de la vecina República Centroafricana deben proteger a los refugiados y civiles desplazados por los conflictos.

Muchos europeos no tenían ganas de entrar en el "África francesa" y marchar delante de los carros franceses. Sarkozy debe demostrarles que Francia ya no es el voluntarioso "gendarme de África", sino que acepta las nuevas reglas del juego y que no toma partido en guerras civiles.

Los rebeldes chadianos, que ven en las Eufor una tropa parcial al servicio de Deby, aprovecharon esta oportunidad y comenzaron su ofensiva, mientras Francia tiene las manos atadas por los escépticos en Europa y la Eufor aún no controla los caminos a Sudán.

La ofensiva está "directamente" vinculada al calendario de la Eufor, analizó el ministro de Defensa francés, Hervé Morin, y de nuevo se puso en cuestión la misión, pues su envío fue aplazado hasta recibir nueva orden.

"Los nuevos sucesos en el Chad podrían obligar a la UE a revisar las bases de la misión de la Eufor", exigió la ministra de Exteriores austriaca, Ursula Plassnik. Se trata de una "intervención exclusivamente humanitaria e imparcial", a la que Austria contribuirá con 160 soldados. Al contrario, explicó Morin, "las tropas europeas para asegurar la estabilidad del Chad" son, tras la ofensiva rebelde, "más legítimas que nunca".

A todos les resulta claro que los rebeldes son apoyados por Sudán, pero también es evidente que se trata también de un conflicto interno chadiano. Los líderes de los rebeldes pertenecen no sólo a la misma minoría de los Zaghawa, como Deby, sino incluso a la familia del mandatario chadiano y fueron sus colaboradores anteriormente.

París ayudó a Deby, formado en Francia, a tomar el poder con un golpe de Estado. Pero la relación se enfrió mucho desde que Deby otorgara licencias de extracción de petróleo a los estadounidenses y expulsara del país al embajador francés, que había criticado públicamente la corrupción.

Tras su marcha sobre Yamena, los rebeldes señalaron que podrían aceptar la Eufor si los europeos se limitan a "la noble tarea de proteger a la población civil". Sin embargo, hasta ahora París prefiere el statu quo. Si la ONU aprobara un mandato, Francia estaría dispuesta a defender "el legítimo Gobierno" de Deby.

París justificó siempre su ayuda a Yamena alegando que, en el caso de un golpe de Estado, el caos y el conflicto se extenderían desde Sudán hasta Malí, Níger y Camerún, explicó el diario galo Le Figaro. París tiene en el Chad, al contrario que en Níger, numerosos intereses económicos que defender para su propio interés.

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