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La oposición ucraniana mantiene el pulso

  • El primer ministro Azarov hizo un llamamiento a frenar la escalada de tensión en el país y aseguró que su Gobierno no tolerará un "desarrollo catastrófico de la situación".

La oposición mantuvo ayer el pulso con el Gobierno de Ucrania en las calles de Kiev, donde miles de manifestantes seguían en la Plaza de la Independencia y dentro o cerca de edificios oficiales, mientras continuaban las exigencias de dimisión del presidente Viktor Yanukovich, de viaje en China.

Desde primeras horas de la mañana, cientos de opositores bloquearon la entrada principal de la sede del Gobierno, pero sin aislar completamente el edificio.

Por primera vez en lo que va de semana, el primer ministro, Nikolai Azarov, y los miembros de su Gabinete pudieron acceder a las oficinas del Gobierno gracias a un corredor formado por la Policía antidisturbios, que impidió a los opositores bloquear totalmente, como en los días anteriores, el complejo gubernamental.

Allí, Azarov hizo un llamamiento a frenar la escalada de tensión en el país y aseguró que su Gobierno no tolerará un "desarrollo catastrófico de la situación". "El motivo de las protestas ya no existe", subrayó, recordando que el Gobierno cuenta con la confianza del Parlamento, que el martes rechazó una moción de censura.

Mientras tenía lugar la reunión del Gabinete, en el edificio de la Rada Suprema (Legislativo), la sesión parlamentaria tuvo que ser suspendida a los dos minutos de comenzar, ya que los diputados opositores bloquearon la tribuna.

"Seguiremos bloqueando el Legislativo hasta que se cumplan nuestras exigencias", afirmó el líder del opositor Batkivschina (Patria), Arseni Yatseniuk. "Nuestras exigencias clave son la dimisión del Gobierno y el fin de las persecuciones políticas, así como la liberación de Yulia Timoshenko", dijo el líder parlamentario del partido que encabeza la encarcelada ex primera ministra.

En el exterior del edificio se manifestaban ayer cientos de seguidores del presidente Yanukovich, separados de los activistas opositores por un cordón policial.

Por cuarto día consecutivo, desde la gran manifestación del domingo, la icónica Plaza de la Independencia -escenario en 2004 de la Revolución Naranja- así como el Ayuntamiento y la Casa de los Sindicatos siguen tomados por manifestantes, que se instalaron y montaron campamentos.

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