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La oposición egipcia rechaza participar en el diálogo propuesto por Mursi

  • Los partidos no islamistas, unidos en el Frente de Salvación Nacional, insisten en reclamar al presidente del país que anule el acta constitucional y cancele el referéndum sobre la Carta Magna.

La oposición no islamista de Egipto, unida en el Frente de Salvación Nacional, rechazó participar en el diálogo propuesto por el presidente del país, Mohamed Mursi, al considerar que sus demandas no han sido escuchadas. En un comunicado, el grupo explicó que la convocatoria de diálogo "carece de los elementos básicos de una negociación verdadera y seria e ignora las reivindicaciones principales del Frente", que son la anulación del acta constitucional y la cancelación del referéndum sobre la Constitución. "El discurso de Mursi fue decepcionante para la mayoría del pueblo egipcio", aseguró la formación opositora en su nota, en la que criticó que el presidente negara que "la sangre egipcia pura derramada en las afueras del Palacio Presidencial es consecuencia de la incitación explícita de los Hermanos Musulmanes".

En cuanto a estos choques entre partidarios y detractores de Mursi, que se saldaron el pasado miércoles con seis muertos y centenares de heridos, el Frente de Salvación Nacional pidió que sean investigados por "un juez neutral" y se presente a los implicados ante la Justicia, "sea cual sea su cargo político o policial". "El Frente continuará empleando todos los medios legítimos para defender sus derechos y sus libertades y corregir la vía de la revolución para construir un Egipto que se base en la libertad, la justicia social y la dignidad humana", subraya el texto.

En su esperado discurso del jueves, Mursi defendió sus controvertidas decisiones y convocó para este sábado a los grupos políticos, jóvenes de la revolución y los jueces con el fin de "lograr un acuerdo global para salir de la división". Antes del discurso, el Frente de Salvación Nacional ya dijo que se habían cerrado las puertas para negociar con la Presidencia ante la falta de respuesta de Mursi a sus demandas y "el derramamiento de sangre" en los alrededores del Palacio Presidencial. Este grupo, compuesto por el Partido de la Constitución, encabezado por el Premio Nobel de la Paz egipcio Mohamed el Baradei, y al Partido Corriente Popular, del ex candidato presidencial Hamdin Sabahi, entre otros, convocó nuevas protestas. Las principales demandas son que Mursi revoque el acta constitucional que blinda sus poderes ante la Justicia y anule la convocatoria del referéndum sobre la Carta Magna previsto para el 15 de diciembre.

Mientras, una fuente del Consejo de Ministros, citada por la agencia de noticias estatal Mena, informó de que el grupo de crisis del Gobierno lleva a cabo contactos con todas las fuerzas políticas para llevar a cabo el diálogo convocado por el presidente. El grupo de crisis, dirigido por el primer ministro Hisham Qandil, se reunió para evaluar los últimos acontecimientos en el país.

Decenas de miles de personas marcharon de forma pacífica desde varias mezquitas de la capital egipcia con dirección al Palacio Presidencial, entre lemas de "Egipto para todos los egipcios", "Que caiga el Gobierno de Mursi" y "Vete, Mursi Mubarak". La Guardia Republicana, que custodiaba desde el jueves el palacio, retiró la alambrada que cercaba el complejo, tras negociaciones con los manifestantes, que pidieron acercarse hasta el muro del mismo. Entre gritos de "el Ejército y el pueblo son una sola mano", el mismo lema utilizado durante la revolución contra Mubarak, los opositores a Mursi celebraron esta decisión y algunos incluso se subieron a los carros blindados en un ambiente festivo.

Los opositores a Mursi también se concentraron por miles en la plaza Tahrir, donde desde hace dos semanas mantienen una acampada, que muchos no quisieron abandonar ante el temor de que los islamistas tiren abajo las tiendas. Un grupo de jóvenes afines al Partido Corriente Popular de Sabahi explicaron junto a su jaima que van a continuar en Tahrir porque Mursi no tiene intención de revocar sus decisiones ni propone soluciones a la crisis. El abogado Jaled Mohamed, de Alejandría, subrayó que el presidente ofreció un discurso del "estilo de Mubarak", con el que quiere "dividir al pueblo al hablar solo para los Hermanos Musulmanes y tachar a sus detractores de minoría".

Por su parte, las fuerzas islamistas, con el guía espiritual de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badía, a la cabeza, congregaron a sus seguidores en la celebración del funeral de dos de los fallecidos en los enfrentamientos del Palacio Presidencial. Una multitud acudió a las exequias, celebradas en la mezquita de Al Azhar de El Cairo, donde se vivieron algunos momentos de exaltación y tensión con gritos a favor de un Estado islámico.

La brecha entre la población egipcia no parece que vaya a cerrarse pronto, con los dos bandos enrocados en sus posiciones y con pocas intenciones de mover ficha. Si Mursi defendió su legitimidad y la de sus decisiones, el Frente de Salvación Nacional declaró que "continuará empleando todos los medios legítimos para corregir la vía de la revolución y construir un Egipto que se base en la libertad, la justicia social y la dignidad humana".

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