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Los golpistas prometen "elecciones libres y transparentes" en Mauritania

  • El nuevo Consejo de Estado anuncia comicios "lo antes posible" para tranquilizar a la comunidad internacional · Tanto partidarios como detractores del golpe al Gobierno se manifiestan en la capital

Los generales que perpetraron el miércoles el golpe de Estado en Mauritania anunciaron ayer la celebración de elecciones presidenciales "lo más pronto posible", ante la incertidumbre creada ayer por la acción golpista y las condenas recibidas por parte de la comunidad internacional.

El nuevo Consejo de Estado presidido por el general Mohamed Uld Abdelaziz, jefe de la Guardia Presidencial, e integrado por otros diez altos cargos militares, aseguró en un mensaje televisado que los comicios serán "libres y transparentes".

Esas elecciones, de las que aún no se ha facilitado la fecha, se harán en concertación tanto con las instituciones y fuerzas políticas como con la sociedad civil, con el objetivo de "relanzar el proceso democrático en el país", añadió.

En el comunicado, la Junta Militar anunció también oficialmente su decisión de "acabar definitivamente con el poder del presidente de la República investido en 2007 y de tomar las disposiciones necesarias para garantizar la continuidad del Estado".

Se trata de la primera vez que los militares hacen pública su voluntad de dar por concluida la jefatura de Sidi Mohamed Uld Cheij Abdalahi y los motivos que les llevaron al golpe de Estado, al tiempo que se comprometieron a "respetar todos los tratados, convenciones y compromisos suscritos por Mauritania".

Con su mensaje parecen querer tranquilizar a la comunidad internacional, que condenó el acto y mostró su preocupación por la detención tanto del presidente como la del primer ministro, Yahya Uld Ahmed al Uaguef.

La mayoría de la comunidad internacional rechazó el cambio a través de un golpe de Estado contra un presidente elegido en unos comicios democráticos después de una reforma constitucional y un calendario de actuación auspiciado por los propios generales. La tensión entre los militares y el presidente, surgida hace meses, se precipitó tras el anuncio de la presidencia de la República de la destitución de los hasta entonces jefes del Estado Mayor del Ejército, de la Guardia Presidencial, de la Gendarmería Nacional y de la Guardia Nacional.

Esos cambios fueron declarados "nulos y sin efecto jurídico" por los militares, que mantienen detenidos al presidente y al primer ministro y pusieron bajo vigilancia militar a la esposa de Abdalahi en el palacio presidencial.

Si la opinión internacional se muestra unánime en contra del golpe, dentro del país no faltan opiniones encontradas.

La división se pudo apreciar ayer en el centro de la capital donde miles de ciudadanos se manifestaron tanto a favor como en contra de a la Junta Militar.

"Hemos condenado ya lo que ha pasado", dijo el vicepresidente de la Alianza Popular Progresista (APP, de la mayoría gubernamental), El Jalil Uld Teyib, quien pidió que se vuelva a la "legitimidad constitucional".

Sin embargo, para el vicepresidente del principal partido de la oposición, la Reagrupación de Fuerzas Democráticas (RFD), Mohamed Mahmoud Uld Lemmat, "es muy inquietante que los militares no hayan fijado una fecha exacta para la celebración de elecciones presidenciales".

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