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La fiesta de los sombreros ridículos

  • Los llamativos complementos de los asistentes a la convención captan la atención

El traje oscuro de Troy Fuhriman encaja con la imagen conservadora de un republicano, aunque también su ridículo sombrero.

Lleva en la cabeza un elefante gris (el símbolo del partido desde el siglo XIX) con orejas rojas, blancas y azules y la trompa pendiendo sobre sus ojos.

La Convención Nacional Republicana tuvo una primera noche truncada el lunes, en la que los discursos de los líderes fueron sustituidos por un breve llamamiento a donar dinero para las víctimas del huracán Gustav en la costa del golfo. El martes y miércoles, en cambio, el programa fue completo e intenso para el partido de centroderecha, con los delegados y otros simpatizantes llenando el Xcel Energy Centre en Saint Paul, en Minnesota.

Fuhriman, que es abogado de profesión, consideró la del martes como "una noche perfecta" con un tono más festivo. "Vamos a tener grandes nombres, y me voy a divertir mucho. No veo una forma mejor de mostrar nuestro entusiasmo que sacudir los sombreros", señaló el miércoles.

"Sombreros locos", apostilló su hermano Apollo, estudiante de Leyes y que también llevaba un gorro de tema republicano. Troy relató que, cuando pasaron el arco de seguridad al entrar al estadio, un guardia les dijo que el elefante azul de Apollo parecía "un peluche abierto por la mitad y aplastado sobre su cabeza".

Los hermanos del Estado de Washington, que se describen a sí mismos como activistas republicanos, no eran los únicos que adoptaron una actitud jubilosa.

Mucho antes, delegados de varios estados y a veces toda la multitud prorrumpieron en cánticos espontáneos, como Drill, baby, drill (perfora, baby, perfora), en respuesta a la política energética, y luego burlándose de una cadena de televisión que desató la ira de los conservadores.

Los delegados de Michigan se ubicaron muy cerca del escenario con jerseys de hockey sobre hielo rojos y blancos en vez de la vestimenta seria de principios de semana, y los de Pensilvania sacudieron toallas amarillas, una práctica habitual de los fans del equipo profesional de fútbol americano Pittsburgh Steelers. La delegación de Florida no se quedó atrás y pronto sacó toallas naranjas que movía sobre sus cabezas.

A cierta distancia de la zona reservada a otros estados igual de fieles a los republicanos como Oklahoma y Wyoming, los delegados de Alaska, de donde procede la candidata a la vicepresidencia Sarah Palin, mantenían alta la bandera del Estado, un campo azul oscuro con estrellas doradas que representan a la Osa Mayor y la Estrella del Norte.

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