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Elecciones en eeuu

Unas elecciones para la historia

  • Estos comicios se presentan como los más insólitos de un país que desde enero será gobernado por una mujer que ya vivió en la Casa Blanca o por un controvertido magnate temido dentro y fuera.

Las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 pasarán a la historia como las más insólitas de una nación que desde enero podría estar gobernada por una primera presidenta que ya vivió en la Casa Blanca o por un controvertido magnate sin experiencia política temido dentro y fuera del país.

Gane quien gane el martes -ya sea la demócrata Hillary Clinton o el republicano Donald Trump-, el resultado será un hito: o la primera presidenta del país un siglo después del acceso de la mujer al derecho al voto o el primer presidente sin ninguna experiencia política o militar (y el más mayor: 70 años).

Algún analista alude a muy leve similitud entre Trump y el presidente Ronald Reagan (1981-1989), quien, sin embargo, sí tenía un pasado político concreto antes de llegar a la Casa Blanca, ya que fue gobernador de California durante dos mandatos.

"Tras abandonar la profesión de actor, Reagan fue gobernador de California durante dos mandatos. Ahora, Trump sería la primera estrella de telerrealidad convertida en presidente sin bagaje político ni militar", aseguró Aaron Kall, experto político y director de debate en la Universidad de Michigan.

Trump ha sido sin duda no solo la sorpresa de las elecciones sino la figura que lo ha marcado todo, rompiendo los esquemas de la campaña electoral estadounidense quien sabe si para siempre.

"Unas elecciones en las que se desafían los valores democráticos, se hacen acusaciones desvergonzadas sin base, se ignora la complejidad de los temas políticos y se apela a las emociones irracionales son históricas, de la peor manera", comentó Stephen Wayne, experto en Presidencia de EEUU en la Universidad de Georgetown.

En estas elecciones los estadounidenses han aprendido a esperar lo inesperado: Trump se hizo con la campaña desde el primer momento, y durante casi un año y medio, con una explosiva retórica racista y sexista que ha escandalizado al mundo.

"Trump tiene un estilo personal de campaña que es insultante y está lleno de errores y mentiras. Es el candidato de los miles de errores", explicó Robert J. Spitzer, experto en Presidencia de la Universidad Estatal de Nueva York en Cortland.

Miles de errores a los que ha sobrevivido una y otra vez para perplejidad de los analistas políticos, que consideran que el menor de sus escándalos habría acabado con la candidatura de cualquier otro político.

"Su victoria es posible a pesar de tener vientos políticos extremos en contra: un equipo de campaña pequeño, menos dinero recaudado para gastar en publicidad, falta de apoyos políticos y la ruptura abierta con el aparato del Partido Republicano", subrayó Kall.

Así, un recién llegado a la política sin el apoyo de su partido le pisa los talones a dos días de las elecciones a Hillary Clinton, "la candidata más preparada de la historia", como la llama el presidente estadounidense, Barack Obama.

Clinton venció a Trump "en los tres debates presidenciales y siguen en una competición ajustada. Los votantes están enfadados con el partidismo en Washington y están buscando a alguien de fuera de la arena política tradicional para sacudir el sistema", indicó Kall.

La razón por la que Trump aún tiene posibilidades de ganar es precisamente porque enfrente tiene a Clinton, una candidata con todas las credenciales pero muy impopular. Ambos son los aspirantes presidenciales más rechazados de la historia de Estados Unidos, lo que reduce estas elecciones a escoger "el mal menor".

"La impopularidad de Clinton se explica por su largo historial en política, con oponentes que la rechazan desde hace décadas, unido al hecho de que ella misma se ha buscado problemas, como decidir usar un servidor privado de correo electrónico cuando era secretaria de Estado (2009-2013)", apunta Spitzer.

No obstante, las encuestas y la mayoría de los pronósticos apuntan a una victoria de Clinton, los que abriría una nueva página en la Presidencia de Estados Unidos: la primera mujer al frente de la Casa Blanca cuando se cumple casi un siglo del reconocimiento del derecho al sufragio femenino, que tuvo lugar en 1920.

"Su transición de primera dama de Arkansas a primera dama de Estados Unidos, a senadora, a secretaria de Estado y a presidenta es un camino impresionante que probablemente no volveremos a ver", señala Kall.

Además, su victoria supondría el regreso a la Casa Blanca de un ex presidente, Bill Clinton (1993-2001), pero esta vez como "primer caballero".

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