El disidente cubano y Premio Sajarov 2010 del Parlamento Europeo Guillermo Fariñas aseguró haber iniciado una nueva huelga de hambre y sed para protestar por la muerte el mes pasado del opositor Juan Wilfredo Soto, ocurrida según la disidencia a causa de una paliza policial.

"He comenzado una huelga de hambre para que sean encausados los autores directos del asesinato de Juan Wilfredo Soto García", dijo Fariñas en conversación telefónica desde su vivienda en la ciudad de Santa Clara.

El psicólogo de 49 años instó además al Gobierno del presidente Raúl Castro a que "haga un pronunciamiento público en el que se comprometa, y lo cumpla en la práctica, a no golpear más a los opositores no violentos en las calles".

Soto, residente también en Santa Clara, murió en la noche del 7 de mayo en el hospital, después de que, según Fariñas y otros miembros de la disidencia, fuera golpeado por agentes al detenerlo en un parque público de la ciudad tres días antes.

No obstante, tanto el Gobierno de Castro como familiares del fallecido y médicos citados por la prensa oficial negaron que se produjera tal paliza. Según la versión oficial, Soto, de 46 años, murió a causa de una "pancreatitis aguda" tras haber sido ingresado con un "dolor abdominal intenso" del que fue tratado por los médicos.

El Gobierno cubano consideró que las acusaciones de la disidencia acerca de la supuesta paliza policial se tratan de "una nueva campaña difamatoria" contra la isla y una "mentira inescrupulosa". Por el momento no se han difundido imágenes de la detención de Soto, mientras que la oposición asegura que sus versiones se basan en declaraciones efectuadas por el disidente antes de morir, sin que ningún opositor haya presenciado los sucesos.

En los días posteriores a la muerte de Soto, otro disidente de Santa Clara, Jorge Luis Artiles, inició una huelga de hambre para exigir que sean encausados los responsables. Sin embargo, según Fariñas, Artiles abandonó la acción "por problemas personales".