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La carrera por la sucesión de Olmert sume a Israel en la incertidumbre

  • La dimisión por sorpresa del primer ministro reaviva la lucha por el poder en su partido y pone en vilo las negociaciones de paz con los palestinos y los sirios

La dimisión del primer ministro Ehud Olmert sumió ayer a Israel en la incertidumbre, reavivando una guerra de sucesiones, y puso en vilo el futuro de las negociaciones de paz con los palestinos y los sirios.

Enmarañado en una serie de escándalos de corrupción, Olmert anunció el miércoles que no se presentará el 17 de septiembre a las elecciones primarias de su partido, el centrista Kadima, por lo que renunciará a mantenerse en el cargo.

Oficialmente, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) afirmó que los deberes judiciales de Olmert son un "asunto interno" de Israel. Pero varios responsables implicados en las negociaciones estimaron que la ANP iba a perder a un político muy implicado en las discusiones y dispuesto a tratar los temas más delicados, como Jerusalén o las fronteras.

El movimiento islamista Hamas mostró su satisfacción ante la dimisión del primer ministro y estimó que era "una victoria de la resistencia".

Los dos principales candidatos para sucederle -la ministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, y el ministro de Transportes, Shaul Mofaz- se congratularon por la decisión del dirigente.

Los sondeos dan por el momento una ligera ventaja a Livni frente a Mofaz, considerado como un halcón (proclive a una posición más dura).

Según la ley israelí, el presidente del país, Simon Peres, encargará al próximo líder de Kadima la formación de un nuevo Gobierno y dispondrá de un plazo de 42 días para lograr una mayoría parlamentaria que vote la confianza de ese Gabinete.

En caso de fracaso, el jefe del Estado puede dar a otro diputado ese mismo encargo o proclamar que es imposible la formación de un Gobierno y proponer entonces al Parlamento la votación de una ley de disolución antes del final natural de la legislatura de la Knesset (Parlamento), en 2010.

Tanto Livni como Mofaz ya aseguraron su deseo de formar un Gobierno de unión nacional que incluya al Likud, la principal formación de la oposición.

Sin embargo, el líder del Likud, Benjamin Netanyahu, rechazó en un primer momento esa hipótesis. "Este Gobierno ha llegado al final y poco importa quién sea el líder de Kadima", dijo Netanyahu, que exige la convocatoria de elecciones generales anticipadas.

Los sondeos señalan al líder derechista favorito frente a Livni y Mofaz para convertirse en el nuevo primer ministro de Israel en caso de comicios anticipados.

Buena parte de los analistas israelíes consideran que, en estas condiciones, el futuro líder de Kadima corre el riesgo de ser incapaz de formar un gobierno, sobre todo porque el propio partido centrista está desunido por querellas entre sus dirigentes.

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