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El candidato invisible en Teherán

  • Los iraníes votarán por el reformista Musavi pero al que realmente apoyan es al ex presidente Mohamed Jatamí

Más de 15.000 iraníes, entre ellos estudiantes y artistas, se reunieron el sábado en la sala de boxeo del complejo deportivo de Azadi, en Teherán, para mostrar su apoyo a Mir Hossein Musavi, el principal contrincante del actual presidente, Mahmud Ahmadineyad, en las elecciones presidenciales del próximo 12 de junio.

Sin embargo, el acto se convirtió en un concierto de rock más que en un evento presidencial.

Otro factor inusual es que el propio candidato no estuvo presente y en lugar de ello la estrella central del show fue el ex presidente reformista Mohamed Jatamí. "Aquí está, el hombre que puede abrir ventanas a la libertad y deshacer el nudo actual", dijo el moderador del evento, seguido por una ovación permanente de la multitud cuando Jatamí entró en escena.

Para muchos iraníes Jatamí fue, y sigue siendo probablemente, el único hombre en Irán dotado tanto de carisma como de respaldo popular para desalojar a Ahmadineyad del poder.

Pese a que Jatamí se presentó a la carrera presidencial en un comienzo, después se retiró inesperadamente para favorecer a Musavi, considerado por los círculos reformistas y moderados iraníes más capaz de enfrentar el principal problema que afecta a la población, la economía.

"Jatamí es el símbolo de la democracia islámica y por eso es popular entre los estudiantes, artistas e intelectuales. Pero la mayoría de sus votos proceden de la clase media y baja, a quienes no les importa la democracia, sino cómo alimentar a sus familias", cuenta un activista reformista.

Y ahí es donde entra Musavi. Ha demostrado sus dotes de gestión de crisis como primer ministro durante la guerra con Iraq, entre 1980 y 1988, y gracias a sus estrechos vínculos con los sindicatos se espera que pueda llegar a muchos que votaron por Ahmadineyad en 2005 cuando éste prometió reformas económicas.

Las reformas prometidas por Ahmadineyad, sin embargo, no se realizaron en los últimos cuatro años y en vez de eso, el país está enfrentado a una crisis económica con una tasa de inflación del 25% -incluso más alta según datos no oficiales-, que la gente atribuye principalmente a una mala gestión del actual presidente.

Pese a que los reformistas optaron por Musavi como su candidato principal, siguen queriendo a Jatamí como el candidato en la sombra. "Decimos Musavi, pero queremos decir Jatamí y votamos por Musavi pero en realidad optamos por Jatamí", afirma Afhsin, un estudiante de 23 años de la universidad de Teherán. "Él es en realidad el candidato invisible que tiene el carisma para dar a la gente la motivación de acudir a las urnas. Confiamos en Musavi porque Jatamí confía en él", cuenta Elaheh, otro estudiante.

Jatamí es considerado por muchos reformistas y sus seguidores no sólo más carismático que el tecnócrata Musavi, sino mucho más elocuente, especialmente en sus comentarios de crítica a Ahmadineyad.

"Aunque estamos en el siglo XXI, actuamos como si estuviéramos en el IV o V", dijo Jatamí al culpar a Ahmadineyad de tener un versión del islam más fundamentalista que progresiva. Y esos comentarios son los que los votantes quieren oír en la campaña electoral, además de las evaluaciones más técnicas de Musavi.

"Lo que necesitamos es seguridad social y no otras formas de seguridad", añadió el ex presidente en referencia a las numerosas maniobras militares y pruebas misilísticas realizadas durante la administración de Ahmadineyad.

El hombre, de 65 años, llamó a sus seguidores a votar por Musavi para permitir el cambio que el país necesita desesperadamente para salir del aislamiento internacional en el que volvió a verse inmerso y recuperar su dignidad.

Sin embargo, algunos de sus seguidores no están aún completamente persuadidos para apoyar a Musavi, considerado por muchos observadores más cercano a Ahmadineyad -por su postura anti estadounidense- que Jatamí, más abierto.

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