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El cambio no puede ser radical

Pocos observadores políticos cuentan en realidad con un cambio radical en Bagdad tras las elecciones parlamentarias de ayer, debido a que dos coordenadas políticas de gran importancia seguirán en pie.

La primera tiene que ver con que los chiitas sean el grupo étnico mayoritario, con un 60% de la población. Debido a la discriminación bajo el régimen de Sadam Husein, los chiitas tienen en promedio un grado de educación inferior al de los sunitas y las minorías cristianas y suelen votar a los partidos chiitas que muestran abiertamente símbolos religiosos, pese a la prohibición oficial durante la campaña.

La minoría kurda, en segundo lugar, volverá a tener un papel determinante a la hora de elegir el próximo Gobierno iraquí, ya que sin ellos no se puede formar una coalición estable.

Tres cuestiones parecen fundamentales tras estos comicios. ¿Reconocerá la mayoría de los políticos los resultados o volverá a haber una ola de violencia entre sunitas y chiitas? ¿Cuenta la coalición a favor del Estado de derecho de Nuri al Maliki con suficientes votos para impedir que lleguen al poder sus rivales chiitas Muqtada al Sader y Ammar al Hakin, apoyados por Irán? Y, por último, ¿qué político chiíta se convertirá en nuevo jefe de Gobierno?

Gracias en parte a que muchos sunitas renunciaron a la lucha armada y decidieron participar en el proceso político, la participación electoral fue mayor a la registrada en otros comicios, pese a los atentados.

La inclusión de los sunitas fue posible sobre todo debido a la retirada el año pasado de las tropas estadounidenses de las ciudades iraquíes.

Por otro lado, muchos de los iraquíes que acudieron ayer a las urnas lo hicieron para "evitar lo peor". Y, además, querían asegurarse de que su propio grupo étnico tenga una buena representación en el Parlamento. Si los resultados electorales son esta vez similares a los de 2005, es posible que los ministros tengan que hacer frente a largas jornadas para presentarse a todas las bancadas. Y es que después del anuncio de los resultados, habrá previsiblemente unos largos maratones de negociaciones.

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