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El abogado chino disidente pide ayuda a Obama para salir del país

  • El conflicto sobre el defensor de los derechos humanos marca la visita de la secretaria de Estado, que se está viendo oscurecida por el conflicto

El activista chino por los derechos humanos Chen Guangcheng pidió ayer de forma dramática al presidente estadounidense, Barack Obama, que lo ayude a salir de China, después de tener que abandonar la Embajada norteamericana y ante el temor por su vida y la de su familia.

La crisis se produce en medio de la visita a China de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, que se ha visto enturbiada por el debate sobre el futuro de Chen y el papel de Washington.

Hasta ahora el disidente ciego nunca había querido dejar su país, pero tras salir de la legación declaró en entrevistas con medios extranjeros sentirse abandonado por Estados Unidos y con temor en vista de las amenazas que ha recibido su esposa. "Estamos en peligro", dijo al canal CNN desde el hospital adonde se dirigió tras dejar la Embajada.

Las organizaciones de derechos humanos criticaron a los estadounidenses por acceder a las presiones de China sin garantizar que Pekín cumpliría sus promesas. A Chen le dijeron que podría reunirse con su familia si dejaba la Embajada y que iría a un lugar seguro donde podría estudiar Derecho.

Estados Unidos asegura que quiere ayudar a Chen, pero un portavoz de la Embajada rechazó adelantar cuál puede ser la salida para él. Solamente subrayó que de forma paralela a la visita de Clinton hay conversaciones con las autoridades chinas sobre el caso. También con el propio implicado y su mujer, Yuan Weijing, añadió. "Cuando tengamos una imagen clara de su decisión definitiva veremos lo que podemos hacer para ayudarlo", dijo el funcionario.

Previamente, Clinton, exigió al Gobierno chino que respete los derechos humanos, pero sin mencionar de forma directa el caso del activista ciego.

Al inicio de la ronda de diálogo en Pekín, Clinton dijo: "Todos los gobiernos tienen que acatar los deseos de sus ciudadanos de tener dignidad y que impere el derecho, y ninguna nación puede, ni debe, negar estos derechos".

Por su parte, el presidente chino, Hu Jintao, exigió respeto entre ambos países. Debido a las diferentes situaciones nacionales ambas partes no pueden estar de acuerdo en todas las cuestiones, dijo. "Tenemos que saber tratarnos con nuestras diferencias".

Funcionarios estadounidenses respondieron a las críticas sobre el trato dado al disidente alegando que quería quedarse en China y que dejó la Embajada por voluntad propia. También el portavoz del Ministerio del Exterior chino, Liu Weimin, dijo lo mismo. Negó sin embargo que Chen hubiese estado bajo arresto domiciliario desde hace 19 meses y que haya escapado hace dos semanas. "Hasta donde sé, él vivía en su casa", se limitó a decir, pero China tiene 1.300 millones de habitantes "y no sé dónde está cada uno" .

En la entrevista con la CNN, Chen afirma que tras su huida su mujer estuvo dos días atada a una silla y que luego los agentes trajeron bastones y amenazaron con matarla a golpes.

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