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Varios miles de palestinos protestan en Cisjordania en la "jornada de la ira"

  • Musulmanes de todo el mundo se unen en manifestaciones contra la operación militar en la Franja de Gaza · La inmensa mayoría de los israelíes del sur del país apoya el ataque y quiere que continúe

Miles de palestinos se manifestaron ayer en Cisjordania contra la ofensiva israelí en Gaza, donde tres niños de una misma familia perecieron en el séptimo día de los bombardeos.

Según un balance suministrado por el jefe de los servicios de urgencia en Gaza, Muawiya Hasanein, 430 palestinos han muerto y otros 2.500 han sido heridos desde el 27 de diciembre, cuando comenzó la operación israelí. Entre los muertos hay decenas de civiles, de ellos 65 niños "menores de 16 años", según el doctor Hasanein.

El ataque que costó ayer la vida a tres niños palestinos, Iyad, Mohammad y Abdelsattar Ak Astal, de edades entre 7 y 10 años, ocurrió en la localidad de Al Qarara, en el sur de la Franja de Gaza.

En el Jerusalén Este ocupado, donde la Policía israelí desplegó importantes refuerzos y limitó el acceso a la Explanada de las Mezquitas con ocasión de la "jornada de ira" decretada por Hamas, unos 3.000 fieles oraron sin incidentes. En algunos barrios de Jerusalén, sin embargo, los palestinos lanzaron piedras y se enfrentaron con la Policía israelí.

En Ramala, sede de la Autoridad Palestina, miles de manifestantes rodeados por un importante dispositivo de seguridad marcharon tras la gran oración del viernes. Agitando banderas palestinas y de Al Fatah, el partido del presidente Mahmud Abbas, así como algunas de Hamas, los manifestantes gritaban "estamos dispuestos a sacrificar nuestra sangre por Gaza".

La Policía palestina en Cisjordania tiene prohibido normalmente las manifestaciones de apoyo a Hamas, que expulsó a la Autoridad Palestina de Gaza en junio de 2007.

En otros lugares del mundo, como Afganistán, Yakarta, Estambul, Beirut e Irán también hubo manifestaciones que no llegaron a ser multitudinarias.

La "jornada de la ira" fue decretada por Hamas tras la muerte el jueves en Gaza de uno de sus líderes, Nizar Rayan, en un ataque aéreo que también costó la vida a sus cuatro esposas y 11 de sus niños. Miles de palestinos que clamaban "venganza" participaron ayer en sus funerales.

En Tel Aviv, el primer ministro Ehud Olmert, la ministra de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni, y el de Defensa, Ehud Barak, sostenían consultas para definir la continuación de la ofensiva en la Franja de Gaza.

El apoyo a la ofensiva militar sobre Gaza es casi unánime entre la población del sur de Israel, donde los cohetes palestinos han generado miedo, rabia y la convicción de que todo vale para acabar con Hamas.

En los cafés y restaurantes la gente come de espaldas a televisiones que muestran la destrucción en Gaza, pero que, sobre todo, dedican sus espacios a mostrar imágenes del miedo que viven las poblaciones del sur del país y los destrozos que causan los cohetes palestinos.

"El cien por cien de la población del sur y el noventa por ciento de los israelíes apoyan esta operación. Queremos que continúe y no nos importa esperar meses hasta que el Ejército acabe con su trabajo y expulse a todas las organizaciones terroristas de Gaza", dice Shalom Halevi, portavoz adjunto del Ayuntamiento.

Quienes están en contra de la ofensiva son muy pocos y no lo manifiestan abiertamente. Es el caso de Aaron Medina, descendiente de españoles, que opina que "los bombardeos no son la solución. Han querido demostrar que Israel es el más fuerte, pero eso ya lo sabía todo el mundo".

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