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La UE espera la "trampa checa" tras salvar el obstáculo irlandés

  • Un recurso presentado por un grupo de parlamentarios euroescépticos al Tribunal Constitucional checo pretende frenar la entrada en vigor del Tratado de Lisboa

Irlanda tenía a la Unión Europea (UE) al borde del colapso desde que en junio de 2008 rechazara el Tratado de Lisboa en un primer referéndum. Con la victoria clara del sí en la segunda consulta popular celebrada el viernes, los 27 socios comunitarios, y especialmente la Comisión Europea, pueden respirar con alivio, aunque el peligro no está conjurado del todo.

Con la aprobación mayoritaria del Tratado de Lisboa -más de un 60% de los votos según los últimos datos-, que pretende construir una Unión Europea más eficaz y con instituciones más poderosas, el panorama aparece más claro, aunque no totalmente disipado de negros nubarrones para el texto.

La alegría de Barroso por los resultados en Irlanda, también compartida por la comisaria de Asuntos Institucionales y Comunicación de la UE, Margot Wallstrom, podría quedar enterrada para siempre por el recurso presentado por un grupo de parlamentarios checos "euroescépticos", que pretenden frenar la entrada en vigor del Tratado de Lisboa.

El recurso debe dirimirse todavía en el Tribunal Constitucional checo y ello podría acabar conviertiéndose en una trampa mortal, en la que el Tratado de Lisboa -que sustituirá al actual Tratado de Niza (2001)- podría quedar empantanado definitivamente.

Numerosos analistas políticos han relacionado este nuevo obstáculo jurídico a una misiva enviada por el líder conservador británico, David Cameron, al presidente checo, Vaclav Klaus, para pedirle "ganar tiempo" hasta las próximas elecciones británicas de junio de 2010, las cuales confía ganar.

Según la prensa checa, Cameron habría prometido al euroescéptico Klaus que, si gana los comicios británicos, convocará un referéndum sobre el Tratado de Lisboa, lo que previsiblemente haría que el texto quedara encallado para siempre.

Es previsible que si el recurso de los diputados checos contra la entrada en vigor del Tratado de Lisboa sale adelante, el proceso de decisión del Tribunal Constitucional en Praga se eternice, hasta hacerlas coincidir (por casualidad) con los comicios británicos.

Es vox populi que si Cameron somete el Tratado de Lisboa a la aprobación del pueblo británico, las esperanzas de ver algún día su entrada en vigor se desvanecerán como la cera ante el fuego.

El tándem anti UE, compuesto por David Cameron y por el "eurodisidente" Vaclav Klaus, podría -a la postre- ser un autentico torpedo en plena línea de flotación del Tratado de Lisboa, y hundir en el fango las esperenzas de los pro europeístas de media Europa.

Por ello, salvado ahora el obstáculo irlandés, todos los focos de Bruselas están colocados sobre la República Checa. Polonia, el otro país que queda por ratificar el texto, ya comentó que en cuanto los irlandeses dijesen sí al Tratado de Lisboa, el país lo ratificaría.

En ese sentido, conjurado el miedo a un no de los irlandeses (un 53% votó negativamente en el referéndum de junio de 2008), después de las numerosas concesiones de la UE a Dublín, entre ellas el mantenimiento de su comisario y el respeto a su neutralidad, las presiones de la Comisión de Bruselas se dirigen ahora directamente a Vaclav Klaus.

El primero en meter prisa a la República Checa es el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, quien -según los últimos rumores entre bastidores en Bruselas- desea que se realice quizás en las próximas semanas una cumbre extraordinaria de los 27 socios de la UE para poner contra las cuerdas a Praga.

El presidente de la Comisión europea no quiso pronunciarse directamente sobre la "corona de espinas" que supone el recurso de los parlamentarios checos, aunque expresó su deseo de que ese obstáculo se levante lo antes posible.

"La Unión Europea es una comunidad y todos actuamos de buena fue. Espero que ese asunto (el recurso checo) se pueda resolver lo antes posible", aseguró Barroso.

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