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Serbia se acerca a la UE

  • Belgrado da una muestra de su orientación europeísta al aceptar un diálogo con Kosovo con la mediación de Bruselas aunque sigue sin reconocer la soberanía de su ex provincia

Serbia ha dado una firme muestra de su orientación europeísta al aceptar un diálogo con Kosovo mediado por la UE, aunque sin renunciar a su postura de no reconocer la soberanía de su ex provincia.

La noche del jueves, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución de Serbia consensuada con la UE sobre Kosovo, tras el dictamen de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), favorable a la declaración unilateral de la independencia kosovar.

"Sería demasiado pronto para decir que se trata de un viraje estratégico en la política de Belgrado hacia Kosovo", declaró el analista serbio Zoran Sekulic. "Pero parece que hay un cambio táctico y la salida de un período de confrontaciones con los principales socios occidentales, la UE y EEUU, con los que Belgrado en el futuro tratará de consensuar sus posturas", agregó.

"Supongo que Belgrado, con el compromiso en el último momento, ha obtenido algún beneficio para sí y algunas garantías para acelerar sus integraciones europeas. Ante todo me refiero a la posible obtención del estatuto de candidato a la adhesión antes del fin de año y una dedicación sin reserva de la UE al futuro de Serbia como miembro comunitario", indicó.

Serbia logró consensuar con la UE la resolución sobre Kosovo un día antes del debate en la Asamblea General de la ONU, tras una serie de contactos diplomáticos que culminaron con una reunión de la alta representante para la política exterior de la UE, Catherine Ashton, y el presidente serbio, Boris Tadic.

El mandatario insistió en que el nuevo texto "de ninguna manera contiene el reconocimiento de la independencia de Kosovo".

Con el nuevo texto, que Tadic calificó de "denominador común" y "fruto de un compromiso", Belgrado renunció a una anterior versión, de julio, que insistía en la condena de la "secesión unilateral" y pedía el diálogo sobre "todas las cuestiones abiertas", fórmula que suponía también el estatuto de Kosovo.

Algunas de las grandes potencias occidentales que reconocen a Kosovo dejaron claro a Belgrado que debía retirar o enmendar esa versión si no quería que se viera bloqueado su progreso hacia la UE.

En el nuevo documento común con Bruselas se indica que se toma nota de la opinión no vinculante de la CIJ, del 22 de julio, de que la independencia unilateral de Kosovo no había contravenido el derecho internacional.

También "saluda la disposición de la UE a facilitar el proceso del diálogo" entre Belgrado y Pristina.

Sekulic declaró que "en la resolución figura que la Asamblea General tiene en cuenta la opinión de la Corte, sin calificaciones ni determinación respecto a esa opinión, lo que es la base para la evaluación de Belgrado de que la resolución es neutral respecto al estatuto".

Se desconoce hasta ahora qué temas podrían abarcar el futuro diálogo entre Belgrado y Pristina con mediación de la UE ni cuándo y dónde tendrían lugar.

Según Sekulic, "las conversaciones podrían comenzar muy pronto, quizás ya antes de fin de año". "Cada una de las partes supondrá bajo ese diálogo diferentes cosas, Belgrado los temas del estatuto y el norte de Kosovo (poblado por serbios), y Pristina las cuestiones prácticas", indicó.

La resolución común de Serbia con la UE representa, de hecho, la conclusión del proceso ante la CIJ sobre la solicitud de Belgrado de octubre de 2008, presentada a la Corte a través de la Asamblea General de la ONU después de que la cúspide albanokosovar proclamara en Pristina la independencia de Kosovo, en febrero de ese año.

La decisión del CIJ fue un duro revés para Belgrado.

No se excluye que ahora siga una ola de reconocimientos de la independencia de Kosovo, que hasta ahora ha obtenido el apoyo de 71 países, entre ellos, EEUU y la mayoría de los miembros de la UE, pero no de países como España, Rusia, China, Brasil e India.

En Serbia, el cambio de la resolución causó críticas de la oposición, que pide explicaciones y la dimisión del jefe de la Diplomacia, Vuk Jeremic.

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