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Pekín se indigna con Clinton por sus comentarios sobre Tiananmen

  • El régimen comunista 'blinda' la emblemática plaza para evitar protestas mientras líderes del movimiento hacen un llamamiento desde EEUU a seguir la lucha

El Gobierno chino expresó ayer su indignación por los comentarios de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, en el aniversario de la masacre de Tiananmen, ya que pidió a Pekín que libere a todos los presos que fueron detenidos en relación con aquellas protestas, que deje de acosar a los que participaron en ellas y que inicie un diálogo con las familias de las víctimas.

El portavoz del Ministerio de Exteriores, Qin Gang, consideró que las palabras de Clinton son una "clara intromisión en los asuntos internos de China" y añadió que "ignoran los hechos y hace acusaciones infundadas contra el Gobierno chino".

La noche del 3 al 4 de junio de 1989, los carros de combate del Ejército chino irrumpieron en la Plaza de Tiananmen para reprimir las manifestaciones que desde mediados de abril protagonizaban estudiantes, intelectuales y trabajadores para reclamar democracia, el fin de la corrupción y la represión así como medidas contra la inflación y el paro. En plenas luchas internas en el Partido Comunista, se optó por una solución violenta contra los manifestantes desarmados, que causó un número indeterminado de muertos -se habla de entre cientos y miles- y más de un millar de detenidos.

Dos décadas después de la masacre, el Gobierno chino sigue callando sobre lo que realmente pasó y la versión oficial es que nunca ocurrió, por lo que se ha optado por el silencio en cualquier asunto relacionado con la masacre. Así pues, una vez más, Qin rechazó contestar a preguntas sobre el balance de víctimas.

Por eso, las autoridades han reforzado estos días la seguridad en la Plaza de Tiananmen con vistas a la conmemoración de los sucesos de 1989.

Mientras tanto, líderes de las reprimidas manifestaciones de 1989 en la plaza de Tiananmen en Pekín pidieron ayer democracia en China desde Estados Unidos.

Nueve de los más importantes líderes de la protesta estudiantil, que ahora viven en el exilio, se reunieron en una conferencia de prensa en Washington, donde mantuvieron un minuto de silencio por los muertos por las tropas del Ejército chino.

"Nuestro objetivo irrenunciable es construir una China democrática", dijeron los disidentes en un comunicado leído por Wang Dan, uno de los principales organizadores de las protestas, que actualmente vive en Estados Unidos. "Llamamos a la generación de la masacre de 1989, tanto en China como en el exterior, así como a aquellos que nos precedieron y a los que vendrán después de nosotros a trabajar juntos y a unir nuestras fuerzas en pos del objetivo irrenunciable de llevar la democracia a nuestro país", añade el comunicado.

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